Israel bombardea Gaza de norte a sur
Israel bombardeó este martes la Franja de Gaza de norte a sur en su ofensiva contra el movimiento islamista Hamás, pese a los llamamientos internacionales para alcanzar una tregua tras casi ocho meses de guerra.
Casi un mes después del inicio de la ofensiva terrestre contra Rafah, una ciudad del sur del enclave fronteriza con Egipto, se volvieron a registrar combates en otros sectores del territorio palestino.
Un testigo reportó disparos de artillería en Jan Yunis, una ciudad prácticamente demolida a unos kilómetros de Rafah, también bombardeada.
Los ataques israelíes alcanzaron Ciudad de Gaza, en el norte, así como el campo palestino de Al Bureij y Deir el Balah, en el centro del territorio gobernado por Hamás desde 2007.
El conflicto estalló el 7 de octubre, cuando comandos islamistas mataron a 1,194 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un balance de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
Los milicianos también secuestraron a 251 personas. Israel afirma que 120 siguen cautivas en Gaza, de las cuales 41 habrían muerto.
En respuesta, Israel prometió «aniquilar» a Hamás y lanzó una ofensiva aérea y terrestre que dejó hasta el momento 36,550 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás.
Tras casi ocho meses de conflicto, nada parece apuntar avances en el plan para un alto el fuego presentado el viernes por el presidente estadounidense, Joe Biden, y que según él fue propuesto por los israelíes.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció el martes por la noche que el gabinete de guerra estaba reunido, sin dar otros detalles.
Al mismo tiempo, el Parlamento de Eslovenia, país miembro de la Unión Europea y de la OTAN, aprobó un decreto que reconoce a Palestina como Estado, sumándose así a España, Irlanda y Noruega, que lo hicieron el 28 de mayo en una decisión que indignó a Israel.
PROPUESTA «PARCIAL»
El proyecto de tregua prevé un alto el fuego de seis semanas y una retirada de las fuerzas israelíes de las zonas densamente pobladas de Gaza, así como la liberación de algunos rehenes, sobre todo mujeres y enfermos, y de prisioneros palestinos detenidos por Israel.
En una fase ulterior, el plan incluye el establecimiento de un alto el fuego «permanente», siempre y cuando Hamás «cumpla sus compromisos», según Biden.
Pero la oficina de Netanyahu consideró el lunes que el borrador presentado era «parcial» e indicó que Israel proseguiría la ofensiva hasta alcanzar «todos sus objetivos», que incluyen la «destrucción» de Hamás.
Catar, que actúa como mediador en la guerra, indicó este martes que esperaba una «posición clara» de Israel sobre el proyecto.
El presidente francés, Emmanuel Macron, exhortó al grupo islamista, catalogado como organización «terrorista» por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, a aceptar la propuesta.
Un representante en Beirut del movimiento palestino, Osama Hamdan, acusó a Israel de querer negociaciones «sin fin» y recalcó que Hamás no aceptará ningún acuerdo si este no garantiza una tregua permanente.
Netanyahu, que lidera un frágil gobierno de coalición que suele ser descrito como el más derechista de la historia del país, enfrenta crecientes presiones.
Familiares de los rehenes se manifiestan a favor de una tregua, pero los aliados de extrema derecha de Netanyahu amenazan con dinamitar el gobierno si esta se concreta.
Los dos partidos ultraortodoxos judíos que también forman parte del ejecutivo, Shass y Judaísmo Unido de la Torá, afirmaron en cambio que apoyan la propuesta, para que los rehenes puedan ser liberados.
En una entrevista con la revista Time publicada el martes, pero realizada antes de presentar la propuesta de tregua, Biden dijo que había «muchas razones» para concluir que Netanyahu estaba prolongando la guerra por su propia supervivencia política.
Posteriormente matizó sus declaraciones en la Casa Blanca al ser preguntado si Netanyahu estaba «jugando a la política». «No lo creo, está tratando de resolver este grave problema que tiene», dijo.
«AGUAS RESIDUALES»
Las fuerzas israelíes penetraron el 7 de mayo en Rafah, donde según la ONU vivían 1.4 millones de palestinos, en su gran mayoría desplazados desde otras zonas de Gaza por la guerra.
A causa de esta operación, un millón de personas se vieron forzadas a huir de nuevo.
La ofensiva contra Rafah, criticada por la comunidad internacional, agravó la crisis humanitaria en el territorio, pues comportó el cierre del paso fronterizo con Egipto, crucial para la entrada de ayuda.
La representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Mediterráneo Oriental, Hanan Balkhy, dijo el martes a AFP que los habitantes de Gaza se ven obligados a beber aguas residuales y a comer pienso. Gaza necesita «paz, paz, paz» y un aumento de la ayuda humanitaria, insistió desde Ginebra.
AFP