Juego decisivo Santa Ana y San Martín, y el espíritu deportivo
POR MARCOS SANTOS.- La noche de este sábado 24 de septiembre, se decide el equipo que va a disputar la final del XXXIII Torneo de Baloncesto Superior con Refuerzos, el cual enfrentará al Máximo Gómez, en procura de levantar la copa Grupo Rizek, del evento deportivo dedicado al presidente Luis Abinader.
De manera, que habrá un ganador y un perdedor.
En el baloncesto, no existe el empate, como los hay en otros deportes.
Si todo termina bien, habrá ganado el baloncesto, y habrá ganado San Francisco de Macorís.
Pero lamentablemente, algunos “dirigentes” deportivos no lo ven así.
Y es que la actitud adoptada por esos “dirigentes”, ante una inminente derrota de su equipo, los convierte en seres desprovistos de las normas más elementales de la convivencia pacifica.
Cuando se ven derrotados en el ámbito deportivo, da la impresión de ser poseídos de la violencia desenfrenada, acompañada naturalmente del insulto, la falta de respeto, la desconsideración, la amenaza y hasta la agresión física.
En la vida, hay que saber perder, pero también hay que saber ganar.
Perder con dignidad, con decencia, con espíritu deportivo.
Ganar con humildad, reconocer el esfuerzo del rival deportivo, y celebrar sin excesos, ni ofensas.
A mí particularmente me da mucha pena, ver lo que está sucediendo con algunos “dirigentes” deportivos de San Francisco de Macorís.
Para mí, no los considero deportistas, más bien, son individuos que la vida les ha dado la oportunidad de estar cerca de un club y se han colado en posiciones de mando al frente de los mismos, quizás por apatía, o desinterés de los verdaderos deportistas.
Personas sin ningún tipo de educación ni modales, dispuestos a “matarse” con cualquiera y todo por ganar un campeonato de baloncesto.
Personas, que se atreven a decir, que al torneo de baloncesto le conviene que se arme un “lío”, para ponerle sazón al mismo y genere interés de la fanaticada.
Es decir, esos “dirigentes”, creen que la fanaticada de esa disciplina deportiva son un grupo de indecentes que están dispuestos a asistir a una especie de “matadero”, a arriesgarse a salir lastimado o hasta mal herido, dizque en procura que gane unos de los clubes en acción.
Caramba, que cachaza tienen algunos.
Gracias a Dios, hay excepciones, y sabemos que se va a imponer la decencia, los principios que dieron origen al deporte, que no son más que “mente sana en cuerpo sano”.
Sería interesante, y no sé si es mucho pedir a esos “dirigentes” deportivos que lean los aportes hechos no solo al deporte, si no, más bien al mundo, del deportista, historiador y pedagogo francés el barón Pierre de Courbetin.
Ese personaje, fundador de los Juegos Olímpicos Modernos, sus ideales enarbolaban lo siguiente:
“Con la celebración de estos certámenes, limitados a deportistas aficionados, el barón de Coubertin pretendía impulsar las relaciones pacíficas y constructivas entre las naciones, fomentando un espíritu de superación personal, juego limpio y sana competencia”.
Ese, no otro, es el verdadero “espíritu olímpico”, esa es la única actitud que debe adoptar un deportista, sea atleta, dirigente, entrenador, propulsor, cronista deportivo, fanático, patrocinador, todos los que aman el deporte, sin excepción.
Lo contrario, es una afrenta al deporte, y a la sociedad misma.
Que gane el mejor…..