Los amagos rusos
POR JULIO MARTINEZ POZO.- ¿Cuáles son las posibilidades de que Rusia despliegue fuerzas militares en Cuba y Venezuela? ¿De dónde surge el amor ruso por esos lejanos países, y qué intereses tiene allí la potencia euroasiática?
¿Tiene Rusia planes de atacar a Ucrania?
Aunque el conflicto que ha desatado el despliegue militar y los entrenamientos de soldados rusos en la frontera con Ucrania, calienta la posibilidad de una nueva conflagración mundial, todos los pasos que ha dado Vladimir Putin tienen un objetivo: frenar la expansión de la OTAN hacia las antiguas repúblicas soviéticas y recuperarle a su país una voz respetable en los asuntos hemisféicos.
A pesar de que es apenas una sombra de lo que fuera la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, lo es lo suficientemente frondosa porque heredó, en gran medida, el arsenal nuclear y la tradición militar, conservando el segundo ejército más poderoso del mundo: 6,850 armamentos nucleares, tres millones de soldados, 20,216 carros de combate; 3,794 aviones, 63 submarinos y un presupuesto de 44 mil millones de dólares. Sin embargo esas cifras son grandes frente a cualquier otro país, pero insignificantes frente a Estados Unidos con un presupuesto de defensa de 768, 200 millones de dólares.
El poder militar estadounidense bajo cuya sombra se cobija la Unión Europea no tiene niveles de equiparación con ningún otro. Es el único ejército imperial del globo terráqueo.
Su debilidad reside en el hecho de que el ejército más poderoso del mundo, pertenece a un país liberal que encabeza la principal democracia mundial, y los conflictos de los que participa tienen que ser ganados en la opinión pública, porque si fracasan en el apoyo ciudadano, como ocurrió con la Guerra de Vietnam, o con los veinte años en Afganistán, se traducen en derrotas.
Rusia no va a desplegar tropas en América por varias razones: 1-Su arrimamiento a Venezuela y a Cuba, no es más que una forma de presionar a Estados Unidos en su vecindad, como instrumento de negociación para los intereses rusos en las cercanías de sus fronteras; 2-Lo que le anda faltando a Estados Unidos en las intervenciones militares que quisiera tener es la justificación ante sus electores, que no ven razones en desplegar tropas hacia Haití, Cuba o Nicaragua, donde no hay nada que buscar, pero una incursión de una potencia adversaria en su continente contravendría la doctrina Monroe que es parte del ADN estadounidense, lo que daría luz verde a Estados Unidos para repeler la agresión gozando de inmensa popularidad.
Putin también es un político mediático que sabe que su fanaticada entendería que defienda los intereses de Rusia en su vencindad, pero que juzgaría como locura salir a buscar problemas por países que no le representan nada imprescindible.
Le salió muy bien la invasión de Crimea, porque lo proyecta como el hombre que busca retonar a Rusia a las influencias y poderes del pasado, pero sabe muy bien que con Ucrania lo mejor es amagar y no dar, dejar latente la amenaza que representa para emplearla como elemento de persuasión para que Europa y Estados Unidos, piensen las consecuencias de actuar ignorando a Rusia.
La mitad del pleito es la boca, que con algunas demostraciones de que el que la usa ejerce, alerta a los ciudadanos de las democracias liberales con las que confronta para que presionen a que sus gobiernos no compren conflictos que pudieran evitarse, y sobre todo, si pueden hacer correr el reloj del exterminio atómico.