Predicciones del Banco Mundial tranquilizan al país
POR GUARIONEX ROSA.- Que el Banco Mundial coincida con el Banco Central en cuanto a que la República Dominicana será uno de los pocos países de América Latina que tendrá crecimiento de su economía en el presente y el año próximo, es un motivo de tranquilidad para el país.
En su reciente “Perspectivas económicas mundiales”, el BM reduce a casi dos decenas de países su anticipo de crecimiento, no así para la RD, que obtiene un 5.0% para el presente año y el siguiente, lejos de 2 y más para otros países de la región, abatidos por la pandemia.
La economía dominicana alcanzó un crecimiento de 5.8% en enero-abril de 2022, superior a su ritmo potencial, informó en su análisis el Banco Central de la República Dominicana (BCRD). En el mes de abril registró un incremento de 4.7% ?El Banco Mundial alerta que “como agravante de los daños provocados por la pandemia del COVID-19, la invasión rusa a Ucrania ha exacerbado la desaceleración de la economía mundial, que está entrando en lo que podría convertirse en un período prolongado de escaso crecimiento y elevada inflación”.
El peligro de la situación económica que ha hecho a muchos países no crecer es que aumente el riesgo de estanflación (período de alta inflación combinado con un estancamiento económico) “con consecuencias potencialmente perjudiciales tanto para las economías de ingreso mediano como para las de ingreso bajo”.
La recuperación será fundamental para el crecimiento de algunas islas del Caribe que llegarán a 8.0, para Bahamas 8.5, para Barbados y San Vicente y Las Granadinas, tendrá 8.3% y Panamá, 7.8, todo en el presente año. Los pronósticos caen unos puntos para todos los países en 2023.
Informe del BCRD
El Banco Central informa que la economía dominicana tuvo un crecimiento de 5.8% en enero-abril de 2022, superior a su ritmo potencial. En el mes de abril registró un incremento interanual del 4.7%. El crecimiento en el primer trimestre del año fue de 6.1%.
?Afirma el BCRD que tales resultados positivos confirman la resiliencia de la economía dominicana ante el entorno internacional prevaleciente en la actualidad, caracterizado por los recientes conflictos geopolíticos y el choque del costo global.
La institución estatal, más que ningún otra entidad, ha estado informando al país regularmente, sobre todo luego de la pandemia, los pasos que el país va encaminando y el indicador mensual de la actividad económica con siglas IMAE.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) así como la calificadora de riesgos Internacional Moody´s han resaltado el buen desempeño de la economía dominicana, reafirmando que las perspectivas del país permanecen favorables. Proyectan un crecimiento del producto interno bruto (PIB) en torno al 5.0% en línea con el sistema de pronósticos del BC. Al analizar los desempeños que han tenido los diversos sectores que inciden en la economía el BC establece que hoteles, bares y restaurantes se encuentra a la cabeza con 39.9%, en tanto que otras actividades de servicios tienen un 11.2% en lapso enero-abril. Apunta que la manufactura de zonas francas tuvo un 8.2%, transportes y almacenamiento 8.2%, comunicaciones 7.6%, administración pública 7.5%, salud 7.4%, comercio 7.1%, servicios financieros 6.5%, construcción 4.6%, entre otros.
La llegada de 1,943,493 visitantes extranjeros impulsó una variación relativa de 39.9% durante los primeros cuatro meses del año, equivalente a un crecimiento interanual de 181.2%, así como una tasa de ocupación promedio superior al 70%. El total de visitantes en abril fue de 626,010, un máximo histórico.
Es evidente que la campaña llevada a cabo por el ministerio de Turismo, la promoción en el exterior y el buen manejo de la pandemia de COVID-19 han contribuido a los logros que se señalan, ya que ha habido durante el período una tasa de ocupación del 70%.
Explica alza de tasas
El BCRD explica las razones por las cuales los bancos centrales están subiendo sus tasas de política monetaria, como hizo recientemente al elevarla de 5.50 a 6.50. El director de comunicaciones, Luis Martín Gómez ofrece de manera didáctica lo relativo las tasas.
Dice que la mayoría de los bancos centrales tienen en la estabilidad de precios su objetivo más importante, por lo que para cumplir sus metas utilizan diversos instrumentos siendo el más importante la Tasa de Política Monetaria (TPM).
Esta tasa, dice el portavoz del BCRD, brinda una señal sobre el tipo de política que está implementando el Banco Central y sirve como referencia para las tasas de interés del sistema financiero y del mercado de capitales, clara indicación del costo del dinero.
Se pregunta el presentador oficial del BCRD: “cuándo debe un banco central subir o bajar las tasas de política monetaria”, y explica que tales decisiones están vinculadas a las condiciones que enfrente la economía en un momento determinado.
Apunta que si una economía está enfrentando presiones inflacionarias y se encuentra en alto crecimiento, los bancos centrales aumentan las tasas para incentivar el ahorro y así evitar un sobrecalentamiento de la actividad económica contribuyendo a equilibrar la demanda de bienes y servicios con la capacidad de la producción nacional.
Si la economía, dice Luis Martín, está en bajo crecimiento y ausencia de presiones inflacionarias, la institución reduce el TPM para propiciar una dinamización del consumo y de la inversión a través de menores tasas de interés lo que incentiva a los agentes económicos a optar por un mayor financiamiento.
Lo que sucede ahora cuando el mundo enfrenta un choque inflacionario por el aumento de los precios del petróleo y mayores costos de muchas mercancías y la guerra de Rusia contra Ucrania, es que se crea una presión para aumentar las tasas.
Cita que Estados Unidos aumentó 75 puntos a su tasa de interés, Canadá, 125 e Inglaterra 90, para citar solamente tres casos. La expectativa es que puedan aumentar más. El BC, ante esa situación, ha elevado de forma preventiva 350 puntos de su tasa de política monetaria pasando de 3.00 en diciembre de 2021 a 6.50 puntos en la actualidad.
Eso se ha hecho para contrarrestar la inflación interna cuidando de no provocar una caída abrupta en la actividad económica y el empleo.