Protesta frente a la mansión del alcalde de Nueva York debido a la crisis migratoria
Decenas de personas fueron este domingo a protestar frente a Gracie Mansion, la residencia del alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, para quejarse sobre la crisis migratoria que está viviendo la Gran Manzana.
«Venimos de distintas partes de la ciudad a protestar contra los centros para migrantes en nuestros barrios. Queremos demostrar al alcalde que no vamos a dejar que esto pase. Debe dejar de invitar a los inmigrantes», explicó a EFE el líder de la protesta antiinmigración, Curtis Sliwa.
En los últimos quince meses han llegado a Nueva York más de 100.000 solicitantes de asilo, sobre todo a Manhattan, que tiene la obligación por ley de acogerlos, lo que ha saturado el sistema público de albergues y ha llevado a acomodarlos en decenas de espacios temporales.
Pese a que la protesta de hoy tomó lugar frente a la residencia de Adams, Sliwa dice que el culpable de este problema es el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
«La frontera no es segura. Es un caos total», opinó Sliwa, fundador de la patrulla ciudadana de los Ángeles Guardianes y excandidato a las primarias republicanas para la Alcaldía de la ciudad.
Recalcó que «cada día llegan cinco autobuses» llenos de migrantes enviados por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, como parte de su estrategia para incrementar la presión migratoria en los bastiones demócratas.
El Gobierno «necesita establecer una política, ya que la ciudad de Nueva York se está quedando sin espacio y (pronto) no habrá más dinero», reivindicó Sliwa.
La gobernadora estatal, Kathy Hochul, amplió la emergencia tras pedir esta semana a Biden, que el Gobierno federal se implique en la crisis, sobre todo facilitando permisos de trabajo a los solicitantes de asilo, ante lo que la Casa Blanca ha culpado de la falta de «acción» del Congreso.
En total, se han abierto más de 200 alojamientos improvisados, que incluyen 15 centros de ayuda humanitaria.
Una de las soluciones que propone Sliwa es crear alojamiento para los recién llegados en Rikers Island, isla ubicada entre Queens y El Bronx, en el East River, donde hay una conflictiva prisión de máxima seguridad.
«La mitad de los edificios en Rikers Island están vacíos, hay dormitorios sin usar, cafeterías, cocinas… Se tendrían que arreglar las tuberías, la electricidad y la ventilación. Este podría ser un espacio para 20.000 personas», explica Sliwa, que siempre lleva una boina roja para indicar que forma parte de los Ángeles Guardianes.
Sliwa destaca que este lugar podría ser un punto de llegada para que los forasteros pasen sus primeros seis meses, periodo en el que no pueden trabajar legalmente debido al trámite burocrático.
«Pueden entrar y salir mientras están allí, pueden hacerse chequeos médicos, vacunarse, podemos verificar si tienen antecedentes penales de los países de donde vinieron», destaca.
No obstante, Sliwa no fue tan políticamente correcto en su discurso durante la protesta de hoy, donde gritó frases como: «Los estadounidenses primero y los inmigrantes al final de la fila».
Por su parte, los asistentes codeaban: «Mándalos de vuelta».
También asistieron, aunque en mucho menos medida, personas en contra de la protesta y al menos una de estas fue detenida tras intentar quemar una bandera de los Estados Unidos.
EFE