Sargazo invade playas de Juan Dolio y golpea al turismo local

El sargazo, una macroalga marina que se incrementa con los cambios oceánicos, calentamiento y exceso de nutrientes, ha invadido las costas de la comunidad de Juan Dolio, provincia San Pedro de Macorís, afectando la vida cotidiana de los residentes y disminuyendo la llegada de turistas a la zona.
La playa Oasis, ubicada a más de dos kilómetros de la entrada principal del municipio Guayacanes, desde hace unos días amanece cubierta de extensas alfombras de sargazo que generan un fuerte hedor y dificultan el disfrute de las olas del mar.
Desde tempranas horas del pasado lunes, comunitarios observaron cómo la mancha marrón se acumulaba en la orilla. Lo que parecía pasajero, terminó creciendo con los días hasta convertirse en un obstáculo para la vida turística y económica de la playa.
Junto con las algas, el mar ha arrastrado plásticos y desechos sólidos, lo que empeora el panorama. Encima del sargazo revolotean insectos, un espectáculo poco agradable para quienes buscan un descanso en la costa caribeña.
En el extremo derecho de la playa Oasis, reconocida por su afluencia de turistas los fines de semana, la acumulación es más intensa. En contraste, el extremo izquierdo, aunque también afectado, mantiene espacios más despejados, lo que ha permitido que algunos bañistas se animen a entrar al agua
Estrategias de los vendedores
Los vendedores ambulantes, aunque preocupados por la situación, han encontrado una manera de guiar a los visitantes nacionales y extranjeros hacia la parte menos afectada por el sargazo, intentando salvar la jornada en medio de las altas temperaturas del verano.
Sin embargo, la experiencia termina siendo breve: muchos turistas se retiran poco después de entrar al mar, ahuyentados por el mal olor y el temor a que la exposición prolongada pueda provocar irritaciones en la piel.
Luis José Zorrilla, quien alquila mesas a RD$700 el día y ofrece comida a base de mariscos, asegura que la situación ha provocado pérdidas devastadoras.
“De un 100 %, las ventas han bajado un 90 %. Antes había sargazo, pero nunca como ahora”, señaló.
En los restaurantes la realidad es similar. Rosa, trabajadora de un negocio en la zona, lamentó que las mesas permanezcan vacías.
“Los turistas ven la condición de la playa y se van. No hemos visto autoridades, ni siquiera de la alcaldía, que vengan a intervenir”, expresó.
Los vendedores coinciden en que antes los días de mayor movimiento eran de viernes a domingo, pero actualmente el flujo es mínimo.
Josefina, quien administra los baños públicos de la playa, confesó su desánimo: “El trabajo ha bajado mucho. No se ha podido trabajar por esas algas. Es un bajo (hedor) insoportable».
Para hacer uso de los baños públicos, los turistas pagan RD$50 y RD$25 para la ducha; sin embargo, Josefina expresó que «casi nadie está viniendo”.
José Miguel García, conocido en la zona como “El Ronco”, expresó que desde que inició el crecimiento del sargazo se han quedado prácticamente sin turistas, ya que el hedor y la acumulación de esta alga marina ahuyentan tanto al visitante nacional como al extranjero que suele acudir a la playa Oasis, en Juan Dolio.
Según relató, las ventas han caído en un 95 % y aprovechó para hacer un llamado al ministro de Turismo, David Collado para que intervenga la playa.
A su lado estaban sus amigos y también vendedores, Kennedy, apodado “El Mono”, y Luis Ángel, conocido como “El Feo”, quienes coincidieron con sus declaraciones.
Malestar de los turistas
Con una temperatura de 31 °C, familias y visitantes buscan refugio en las costas dominicanas. Pero en Juan Dolio la escena ha sido decepcionante.

Giuseppe, un turista italiano residente en el país desde hace nueve años, expresó su frustración: “Me gusta venir al mar para reflexionar, pero ahora no puedo disfrutar las olas. He visitado Cuba, Argentina, México… y esta playa siempre me gustó, pero hoy es imposible”.
Otra familia extranjera, compuesta por más de cinco integrantes, llegó sonriente al extremo izquierdo de Oasis, pero su ánimo se apagó al ver el panorama. Aun así, vendedores insistieron en mostrarles los pocos espacios disponibles, intentando rescatar un instante de disfrute.

Un fenómeno que se repite
El sargazo se ha convertido en uno de los principales retos ambientales y turísticos del mar de las Antillas. Su proliferación está vinculada a factores como acidificación y el calentamiento de los océanos, y el aumento de nutrientes (nitrógeno y fósforo) que lo empujan hacia las playas.
En República Dominicana, balnearios de La Altagracia, Samaná, Barahona y ahora San Pedro de Macorís han sufrido los embates de este fenómeno que no solo impacta el turismo, sino también la pesca y la economía local.
Mientras tanto, en Juan Dolio, el panorama sigue siendo de incertidumbre. Restaurantes vacíos, mesas sin clientes y vendedores con miradas cansadas resumen el día a día de una comunidad que depende del turismo y que espera una respuesta urgente de las autoridades.

SCHARAZADE RODRIGUEZ