Silencio y velas apagadas: 13 días de la tragedia del Jet Set

SANTO DOMINGO.- Ya no hay dolientes en la “zona cero” del colapso del techo de la discoteca Jet Set el pasado martes 8 de abril mientras amenizaba “la voz más alta del merengue”, Rubby Pérez.
Los cientos de velones blancos y con imagen de Jesús que antes iluminaban el espacio ya no están encendidos. Apenas unos pocos se mantienen encendidos, con la llama temblorosa, casi a punto de apagarse.
Las flores en representación de luto, condolencias y apoyo ya están marchitadas. Sin embargo, aromatizan el ambiente que hace poco más de una semana era invadido por el hedor de cuerpos sin vida atrapados bajo los escombros por más de 24 horas.
Las fotos de cada una de las personas que perdieron la vida y algunas frases de consuelo siguen en el borde de aquella discoteca, conocida por sus tradicionales “lunes de merengue”, ahora cerrada desde la tragedia que sumió al país en un duelo de seis días.
A 13 días de la tragedia, ya no hay personas con la esperanza de que aparezcan sus familiares porque el jueves 10 de abril se dio por concluida la búsqueda, y el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) dio el último boletín confirmando que más de 200 personas fallecieron y sus cuerpos inertes fueron trasladados al Instituto Nacional de Patología Forense.
La prensa internacional se retiró y la prensa local va de manera reducida; apenas va un equipo para observar el panorama y dar el reporte. Ya no hay cámaras ni micrófonos en el lugar que fue símbolo de fiesta, pero también escenario de tristeza, angustia y dolor para cientos de familias que perdieron hijos, esposos, padres, primos y amigos.
La banda de seguridad, colocada para evitar el ingreso de curiosos a la zona, sigue presente mientras representantes del cuerpo policial vigilan la zona.
Los curiosos siguen llegando para tomar fotos y expresar lamentaciones con las personas que se encuentren en el lugar. Los carros de conchos hacen pequeñas paradas y así los pasajeros pueden mirar el lugar desde la venta, caracterizado 13 días antes por ser un lugar de alegría y música y que hoy carga con el peso de una herida nacional.
“No vuelvo a ir a un lugar cerrado”, dijo con rostro de preocupación uno de los tantos curiosos de la zona.
Los representantes de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica (Onavies) ya no se encuentran evaluando los escombros del lugar. “Estoy aquí desde temprano y no he visto a nadie allá adentro”, comentó un agente policial.
Cuadro “Color de rosa”
En el lateral izquierdo de la discoteca, un pintor mexicano conocido como Roberto Márquez plasmó su arte en una creación llamada «Color de Rosa«, donde dibuja la tragedia de aquel martes que marcó un antes y un después del pueblo dominicano.
El mural combina el dolor de la tragedia; la danza de la muerte en medio de la música; una paloma blanca, que según su simbología representa la paz, la reconciliación y la libertad; el reloj dibujado marcando la hora del siniestro; la bandera dominicana y la de Venezuela; un guante sosteniendo una bola de béisbol representando a los peloteros fallecidos y el merenguero Rubby Pérez, que también falleció aquella noche.
El mural, como el recuerdo de quienes ya no existen, se mantiene. Sin embargo, la vida y el silencio han comenzado a la llamada “zona cero” de la avenida Independencia.
SCHARAZADE RODRIGUEZ