Han pasado justo dos meses. Ben Simmons jugó su último partido el 22 de febrero. Fue un duelo contra los Bucks y solo pudo estar 5 minutos en la cancha debido a los problemas que arrastraba en la espalda. Desde entonces permanece de baja.
La lesión de Simmons era más seria de lo que parecía en un principio. El base tenía pinzado un nervio en la parte baja de la espalda. Una pena, porque venía de hacer sendos triples-dobles en los dos partidos anteriores a ese corto desempeño ante Milwaukee.
Simmons se ha centrado en su rehabilitación, algo que se ha complicado con la llegada de la Covid-19 y el parón deportivo que ha provocado.
A pesar de ello, evoluciona favorablemente y los Sixers esperan tenerlo activo en el caso de que la NBA pueda reanudarse, algo que cada vez parece más complejo.
ÁNGEL MUSTIENES