NUEVA YORK.- Minutos después de propinarse puñetazos durante una intensa contienda, Katie Taylor y Amanda Serrano se abrazaron.
Sus tres afirmaciones fueron irrefutables en una noche histórica para el boxeo femenino.
Taylor continuó como la monarca indiscutible de las ligeras tras imponerse el sábado por decisión dividida a Serrano, en el primer combate entre mujeres que ha encabezado una cartelera del Madison Square Garden en la historia.
Las dos boxeadoras sufrieron cortadas como resultado de los fieros intercambios de golpes en que se liaron durante los asaltos de dos minutos.
Al final, la irlandesa hizo un poco más que la boricua para mantenerse invicta frente a los 19.187 espectadores que llenaron el graderío y que parecieron divididos en el apoyo hacia las dos contrincantes.
La anotación de The Associated Press fue de 96-94 en favor de la irlandesa.
Taylor (21-0) se mostró tambaleante y con el rostro ensangrentado en el quinto episodio. Resistió sin embargo y encontró el alcance de su mano derecha, para recurrir a estupendos contraataques.
Serrano (42-2-1), campeona en siete divisiones y quien ascendió dos categorías para este pleito, cayó por primera vez desde 2012.
Los organizadores de la pelea dijeron que sería la más significativa en la historia del boxeo femenino. Ciertamente puede ser considerada entre las mejores.
El público terminó de pie y gritando, mientras las adversarias se lanzaban golpes de poder que parecieron durar todo el décimo asalto.
Taylor consiguió la victoria al ganar los últimos cuatro rounds en las tarjetas de los jueces Guido Cavalleri y Glenn Feldman.
Revalidó por primera ocasión sus cuatro títulos. Unificó los cinturones de las 135 libras desde 2019, cuando se impuso en el Madison Square Garden, en un combate preliminar a la pelea en que el mexicano Andy Ruiz dio la sorpresa al destronar a Anthony Joshua en la categoría de los pesados.
Esta vez, no hubo atracción mayor que la de Taylor-Serrano.
«La gente hablará absolutamente de mí y de Amanda Serrano en los años por venir», vaticinó Taylor.
AP