¿Te lavas correctamente el cabello?
Lavarse el pelo es una de las rutinas más habituales y, diríamos, casi un gesto natural que realizamos de modo mecánico sin embargo, no siempre se realiza de forma correcta.
Qué tipo de champú elegir, cómo aplicarlo y la temperatura del agua son factores determinantes a la hora de conseguir una melena sana y bonita.
La farmacéutica Rocío Escalante, experta en dermofarmacia, nos da las claves para el lavado perfecto.
Cuidar el cuero cabelludo, el primer paso para una melena sana
El cuero cabelludo hay que lavarlo y mantenerlo limpio, porque es la base del cabello, sobre la que crecerá sano y fuerte. Un cuero cabelludo sucio puede favorecer la caída, pérdida de densidad y de volumen.
Por eso, hay que lavarlo las veces que haga falta. Si es un cuero cabelludo graso será necesario a diario o cada dos días. Hay que elegir un champú adaptado a nuestro cuero cabelludo – seco, graso o sensible -, emulsionar en la mano y masajearlo suavemente entre 1 y 3 minutos.
Otros cuidados para un cuero cabelludo sano son los exfoliantes o los aceites pre-lavado, con los que realizaremos un masaje que activará la microcirculación.
Elegir un champú específico para el cabello
Para un lavado eficaz, también hay que fijarse en el cabello. Sus características y condiciones determinarán el tipo de champú más adecuado: seco, coloreado, decolorado, canoso, fino y sin volumen, ondulado, rizado. Y, algo muy importante y que debemos tener en cuenta, el cabello no se puede frotar al lavar, solo se masajea suavemente con los dedos.
La suciedad suele acumularse en el cuero cabelludo, pero no en el cabello. Utiliza mucha agua y poco champú. Respecto al número de aplicaciones, depende de la frecuencia con la que se lave el pelo, si lo hacemos a diario, con una es suficiente. En los demás casos, es recomendable aplicar dos veces el champú.
Acondicionar o mascarilla
La mascarilla nutre, es un tratamiento más concentrado que el acondicionador, actúa desde el interior de la fibra, y deberíamos usarla al menos una vez a la semana. Hay que elegir una mascarilla adaptada a cada cabello, aplicarla sobre la melena escurrida, de medios a puntas, trabajándola mechón a mechón y dejarla actuar de 3 a 5 minutos.
Cuando buscamos un cuidado más intenso, podemos envolver el pelo con una toalla caliente y dejarla media hora. Por su parte, el acondicionador se puede usar a diario, no necesita tanto tiempo de exposición, ayuda a desenredar y facilitar el peinado.
Temperatura del agua
Lo más aconsejable es utilizar agua tibia, que no supere los 36ºC y acabar el lavado con agua fría, para cerrar y sellar las cutículas y conseguir así más brillo. Es importante aclarar muy bien, para que no queden restos de champú ni de acondicionador o mascarilla.
Secado
No se debe frotar el pelo nunca cuando está mojado, ya que es mucho más sensible y propenso a la rotura, además la cutícula se abre y se encrespará. Lo ideal es utilizar una toalla de microfibra, y envolver el pelo para que vaya absorbiendo la humedad.
Si utilizamos secador, siempre a temperatura media, antes conviene aplicar un protector térmico para protegerlo del calor.
Para desenredarlo, conviene hacerlo con la mascarilla o el acondicionador puestos, o aplicar después un acondicionador sin aclarado, así evitaremos romperlo.