POR MARCOS SANTOS. – Dando seguimiento al articulo publicado ayer titulado “Parece que alcanzar el éxito está prohibido para los comunicadores”, en este nos vamos a referir a un derecho que algunos creen deber ser exclusivo para las clases sociales menos pudientes, y es el de la protesta.
En nuestro país, los que han llevado la voz cantante en el tema de las protestas, han sido mayoritariamente los sectores más oprimidos de nuestra sociedad.
A diario vemos en las noticias, moradores de su sector populoso reclamando a las autoridades mejoría en el servicio de agua potable, o de la energía eléctrica, o protestando por el alto costo de la vida, o por la construcción de una o varias obras.
Generalmente, esas protestas en los diferentes barrios de los distintos municipios del país, son dirigidas por personas que si bien es cierto tratan de hacer su aporte hacia una mejoría en la calidad de vida de la gente, también es cierto, que logran sacar beneficios personales mediante acuerdos arribados con funcionarios gubernamentales o municipales.
Es decir, siempre aparece un “vivo” que se aproveche de los demás.
En los últimos años, en la República Dominicana, existe una clase media contestaria, que ha dejado atrás su rol de simple observador, y de constantes y calladas quejas contra las injusticias del sistema.
Una clase media, que aporta como la que más, al desarrollo sostenido del país.
La clase media genera empleos, paga impuestos, dinamiza la economía, porque es la que siempre acude a las instituciones financieras para comprar casas, carros, adquirir equipos para sus respectivos trabajos, y muchísimas cosas más.
Algunos desaguisados, mal creen que la protesta es exclusivamente para la clase baja, porque es la que tiene derecho a protesta, justamente porque nada tiene y le han negado el derecho a tener mejores condiciones de vida.
Muy cierto en una parte.
Pero aquellos que pagan religiosamente sus impuestos al Estado, producto de su actividad laboral, tienen el mismito derecho a levantar su voz de protesta, y de reclamo a las autoridades para que estas elaboren políticas públicas, que busquen tener una sociedad más justa para todos.
El millonario, el rico, el de clase media, el pobre, todo aquel que tiene fe y esperanza en el presente y el futuro de nuestro país, debe exigir, señalar, cuestionar, reclamar a nuestros gobernantes.
Pero aquí, si un rico protesta, de inmediato surgen voces cuestionando e insinuando la búsqueda de algún beneficio personal y no colectivo.
Hoy los medios son más abiertos a las comunidades.
Y si no, ahí están las redes sociales.
Todos tenemos derecho a protestar, a reclamar al gobierno que sea.
Los únicos que no deberían tener derecho a la protesta, son aquellos que se han robado parte del patrimonio del pueblo.
Esos no.
Los demás sí.
El autor es conductor del programa “Con Marcos Santos por Imagen Universal TV, de lunes a viernes de 8 a 9 de la noche, y director de CALLE56.COM y MUJERESRD.COM
