Una madre abandona a tres niños tras dejarlos con una vecina
SANTO DOMINGO.- Maritza Medrano se encontraba en los quehaceres de su casa cuando Ruth Esther Guzmán llegó con uno de sus tres hijos para pedirle a la vecina (Maritza) que se lo atienda por unas horas en lo que hacía una diligencia sin especificar el lugar.
Se trató de un niño de cuatro meses que Ruth llevó encima de una “sillita”, con el plan de que Maritza le diera “una manita” hasta que llegara.
Con voz entrecortada la señora Medrano dijo a LISTÍN DIARIO que minutos después que le dejó el bebé volvió con sus otros dos hijos, un varón de un año y una hembra de cuatro años, para que también los atendiera hasta que regresara. Hace dos meses de esa diligencia y aún no ha vuelto por ellos.
“Mira, yo te los traje para que me lo agarres aquí en lo que yo vengo”, testifica la señora Medrano que le dijo Ruth. A lo que ella le respondió creyendo en su palabra: “Si tú vas a salir y regresas de una vez, yo me quedo con los niños”.
Fueron pasando los días y no sabía de ella, situación preocupante al tener a cargo tanto tiempo a tres niños sin su consentimiento previo.
Luego de 15 días, Ruth dio señales de vida sin revelar dónde estaba. Se comunicó con una yerna de Maritza y le dijo que no estaba en Santo Domingo y que le enviaría dinero, pañales y leche a “La Rubia” (apodo de Maritza) para los niños.
“Ella envió un video incluso donde se veía que estaba comprando los pañales y las cosas”, expresó Medrano.
Los días a cargo de los menores que supuestamente atendería sólo por “un momento”, se han convertido en una odisea durante dos meses por las dificultades que ha tenido para sustentar a los infantes.
Una escalera desnivelada es la que da paso al hogar donde reside la señora Medrano en el sector Los Tres Brazos, en Santo Domingo Este. Es una pequeña casa de color amarillo y naranja desvanecido que para entrar a ella también hay que subir por unos escalones peligrosos. Ruth Esther Guzmán, de 32 años, llamó en varias ocasiones a la señora y despertaba sus esperanzas al decirle que iba pronto, incluso señalándole el día y la hora.
“¿Qué lunes es que tú vienes si nunca llega ese lunes?”, se preguntaba preocupada la señora al ver que los días pasaban y esta nunca llegaba por sus hijos. “Siempre me dice que venía y nunca apareció”.
Como si fueran hijos suyos, Medrano los baña y los viste cada día con ropa de sus propios nietos, ya que su madre no les dejó nada.
Medrano los alimenta con lo que encuentra a diario y con lo que los vecinos les aportan. Esta sobrevive por la venta de mabíes, helados y jugo que hace en su casa y los comercializa ahí mismo buscándole una salida a la difícil situación del desempleo en tiempos de Covid-19.
En un momento de su vida Medrano confesó que crió dos niños porque habían quedado huérfanos de madre y tuvo la gentileza de atenderlos hasta crecer sin cambio de nada. Tiene cinco hijos y 12 nietos.
“Yo como madre me siento muy mal, pero sí el Señor le tocó para llevarlos a mi casa, él sabrá el propósito de cada quien”, dijo Medrano con fe.
La joven Ruth no tiene familiares en Los Tres Brazos. Sus vecinos conocen poco de ella y vive en el sector hace aproximadamente cinco años.
El padre de los infantes vive en el mismo sector y este le compró dos latas de leche cuando se enteró que la madre dejó a los niños donde la vecina, pero más nunca ha vuelto a preocuparse por ellos.
Lo único que le dijo el papá es que si ella se quedó con ellos tiene la responsabilidad de atenderlos. Argumento que llena de impotencia a la señora.
Los familiares del niño, que también residen en el sector, no dan la cara y nunca les han ayudado con comida ni atenciones durante el tiempo que tiene con los menores. Sus vecinos han sido su apoyo. “Que venga a atender a sus hijos que necesitan amor de madre”, le exhortó Medrano a su vecina que más nunca ha vuelto por sus hijos catalogando como una madre “irresponsable”.
Entre llantos Medrano le imploró a Ruth que vuelva por sus niños, ya que si el Consejo Nacional para la Niñez (Conani) procesa el caso perderá la potestad y en un mañana otra familia lo puede adoptar y los niños crecerán separados sin saber que son hermanos, teniendo la oportunidad de conocerse y casarse inconscientemente.
Ruth tiene en total cuatro niños, uno de cinco años que está con el papá, según expresó Medrano y los demás que les dejó a cargo engañosamente: una niña de cuatro años, un niño de un año y otro más pequeño de cuatro meses.
El más pequeño tiene una hernia cerca del pene, por la cual necesita atención médica. Mientras que la hembra presenta alergias en su superficie corporal.
Los niños fueron buscados ayer por el Conani y, según Medrano, la institución les informó que no podía quedarse con ellos porque no era pariente ni familiar, noticia que entristeció rotundamente a la señora.
LAURA CASTILLO