Vence limitaciones y alcanza sueño de maestro
Santiago. Las limitaciones motoras que lo obligan a desplazarse en silla de ruedas, al nacer con una condición degenerativa, no le han impedido a Yanmarcos Rodríguez Liriano cumplir sus sueños de ser educador.
Rodríguez Liriano, de 38 años, inició su labor de educador desde el año 2000 como profesor sustituto, y en el 2013 se graduó con una licenciatura en educación superior de la Universidad abierta para Adultos (UAPA). Dos años más tarde, en el 2015, obtiene una maestría.
Actualmente imparte en la materia de ciencias naturales en el centro educativo Maximiliano Antonio Estrella Grullón de la comunidad de Colorado del distrito municipal de Canabacoa del municipio de Puñal en Santiago.
Rodríguez Liriano nació con una condición de escoliosis que dificulta que pudiera caminar y que luego de buscar más información sobre su situación física, las investigaciones determinaron que padece de neurobifromatosis tipo I.
El lunes pasado recibió el galardón “Gran Maestro”, en reconocimiento del distrito educativo 08-03 del Ministerio de Educación en esta demarcación. Con el mismo valoran su labor, entrega y valía para la educación dominicana.
Durante las palabras de agradecimientos, al recibir el galardón, Yanmarcos Rodríguez Liriano expresó que las limitaciones están solo en los pensamientos, “cuando nos proponemos un objetivo debemos ser perseverantes y pensar que no hay nada que no podamos lograr”.
Ruth Esther Martínez, directora del centro educativo lo califica como una persona dedicada, responsable y siempre listo para apoyar a los estudiantes.
Es un reconocimiento que también comparten sus compañeros de trabajo que lo definen como un ser humano extraordinario, una persona llena de vida, amor, alegría, y sobre todo, muy responsable y entregado en su labor como educador.
Yanmarcos es el principal propulsor de que las limitaciones no existen y quien se propone un objetivo puede lograrlo si solo es perseverante.
En su comunidad natal, Colorado, es visto por algunos de los alumnos que han pasado por sus manos, así como por sus vecinos y amigos más cercanos, como un ejemplo de perseverancia y de amor por la educación.
MIGUEL PONCE