Viceministro de la Juventud: “El dembow no puede verse como expresión de la delincuencia”
Carlos Valdez sugiere ayudar a los cantantes urbanos a cambiar sus letras a través de la educación.
Carlos Valdez, viceministro de emprendimiento del Ministerio de la Juventud, manifestó que el dembow no debe verse como una expresión de delincuencia, sino como la voz de los jóvenes más vulnerables en los barrios del país.
“Donde muchos ven un delincuente en la música urbana, yo veo un joven que salió del barrio y evitó serlo, que se superó y que ahora se convierte en un ejemplo para las siguientes generaciones, y ahí está el trabajo de nosotros hacer que se conviertan en una influencia positiva para los que van subiendo”, afirmó Valdez.
El viceministro señaló que se ayudará a los artistas urbanos a limpiar sus letras para de esa forma darle una mayor calidad a sus trabajos a través de estudios barriales de música que se instalarían en las casas de la cultura de cada municipio.
“Dotando de las herramientas necesarias a nuestros niños y jóvenes en los barrios podremos tener dembow con letras más limpias en la que sigan denunciando los males que les afecta, pero con un sentido social más apegado a las buenas costumbres fuera de las malas palabras”, apuntó.
Dijo que el dembow debe asumirse como una expresión popular de la realidad de los barrios, tal y como se ha hecho con el merengue y la bachata, ritmos que en sus inicios fueron vistos como vulgares, pero que por su evolución hoy son patrimonio cultural inmaterial, eso con dedicación se puede lograr con la música urbana.
“Más que criticar a los artistas urbanos y culparlos de la degradación social y la falta de valores que existe en nuestra juventud, hay que apoyarlos a mejorar sus letras porque ese es su medio de vivir; darle trabajo a un joven que ni trabaja, ni estudia es sacar un potencial delincuente de las calles”, señaló Valdez.
Dijo que la formación en valores no la da ni la música, ni el barrio, sino la familia y la crianza que te dan los padres en sus hogares.
Asimismo, destacó que “el mayor reto es profesionalizar lo urbano, lograr hacer que estos jóvenes se conviertan en influencias positivas para sus comunidades y que sean reconocidos por sus buenas prosas, sin que se pierda la identidad del género”.
Valdez entiende que desde el Gobierno deben fomentarse las oportunidades a cientos de jóvenes que ven en la música urbana una oportunidad de emprender, crecer y desarrollarse.