POR MARCOS SANTOS.- La verdad es que muy preocupante la situación por la que atraviesa el jugador de Grandes Ligas, Wander Franco, quien es acusado de sostener relaciones sexuales con tres menores de edad, razón por la cual se encuentra suspendido por la MLB.
Este joven de apenás 22 años de edad, y que en la actualidad tiene un contrato de 182 millones de dólares con el equipo de Tampa Bay Rays, por un espacio de once años, estaría en el riesgo de solo perder la totalidad o parte de su contrato, si no, que estaría echando por la borda su carrera en el béisbol, dependiendo de los resultados de las investigaciones que se realiza la Procuraduría General de la República, y de un eventual proceso judicial en su contra.
Quien suscribe se pregunta, qué estaría pensando Wander Franco en estos precisos momentos, donde no solo su conducta como persona es altamente cuestionada, si no, que luego de estar en la atención de los millones de seguidores del citado pasatiempo por su notable desempeño en la presente temporada de Grandes Ligas, y estar ahora esperando este proceso que a todas luces es traumático para él y toda su familia.
Incluso, todo esto ha sido igualmente frustrante para la sociedad dominicana, que ve en Franco un jugador con habilidades excepcionales para convertirse en uno de los mejores de todos los tiempos.
Todas esas expectativas en torno a la carrera de Franco, han quedado atrás, y ahora solo se habla si es culpable o inocente de los cargos que se le imputan.
El caso Wander Franco, debe llamar a la reflexión a toda la juventud y a la ciudadanía en sentido general.
Porque más allá de su culpabilidad o inocencia, la vida nos enseña una vez más, que hoy podemos estar en la cima, exhibiendo nuestros logros, nuestros bienes materiales, y mostrarnos como personas felices y en paz, y mañana podemos enfrentar situaciones que nos hagan perder todo, incluso hasta nuestra libertad.
182 millones de dólares calculados a una tasa de 55 por uno, te dan una fortuna superior a los 10 mil millones de pesos, que por más retenciones e impuestos que le apliquen al contrato de Franco, es muchísimo dinero, pero resulta que hoy esa fortuna solo serviría para pagar abogados que lo defiendan en un eventual proceso judicial en su contra.
Todo esto nos muestra las vueltas que da la vida, por eso aquellos que gustan de exhibir lo que tienen, que se vean en el espejo de Wander Franco, y de otros tantos, que de buenas a primera no pueden disfrutar sus inmensas fortunas económicas.
Ojalá que este talentoso jugador pueda salir bien librado de todo esto, son nuestros más sinceros deseos como amantes del deporte que somos.
