Zona turística en Juan Dolio permeada por el abandono

Lo que a partir del año 1990 fue un escenario de desarrollo y esperanza por las proyecciones económicas visualizadas en los proyectos turísticos venideros de República Dominicana, hoy se encuentra gran parte en el olvido.
Estas palabras describen con exactitud lo que se puede visualizar 35 años después al visitar la zona hotelera de Juan Dolio, una localidad costera ubicada en la provincia San Pedro de Macorís, donde los hoteles abandonados y el cúmulo de basura son aspectos notorios de sus calles.
Las extensas instalaciones que antes recibían a miles de extranjeros y dominicanos para ofrecerles experiencias paradisiacas cercanas a las aguas azules del mar Caribe, ahora mantienen sus puertas cerradas.
Este escenario se ha intensificado por la crisis económica que causó la pandemia del Covid-19, en 2020, a la que no todas las empresas pudieron enfrentarse con éxito.
Sin embargo, Juan Dolio debe ser tratado de manera individual, ya que, según publicaciones periodísticas, esta comunidad perteneciente al municipio Guayacanes, evidencia una decadencia monetaria desde los años 2000, cuando comenzaron a difundirse las denuncias sobre la desatención de las autoridades gubernamentales en la zona.
Desde el año 2006, asociaciones de empleados y pequeños comerciantes, al igual que representantes de compañías hoteleras de Juan Dolio y Guayacanes, vienen mostrando su preocupación por la lamentable situación.
Además del “descuido” del Gobierno, según aseguran comerciantes que prefirieron el anonimato para protegerse, otra problemática es el mal estado en el que se encuentran algunas calles utilizadas por los visitantes.
“Al Gobierno no le interesa Juan Dolio, no se fija en nosotros. Solo miran hacia Punta Cana….”, expresó el cuidador de unas infraestructuras que en el pasado fueron un espacio de diversión para los viajeros, pero la quiebra les obligó a cerrar.
La misma situación sucede en Boca Chica, municipio de la provincia Santo Domingo, donde los hoteles y restaurantes evidencian un gran deterioro, a pesar de contar con más presencia por disponer de establecimientos cercanos a los residentes del Distrito Nacional.
El Poder Ejecutivo dispone de la Ley 158-01, la cual permite el fomento al “Desarrollo Turístico para los polos de escaso desarrollo y nuevos polos en provincias y localidades de gran potencialidad”, a través de un fondo económico.
Esta pieza legislativa les facilita a inversionistas nacionales y extranjeros realizar nuevas obras en territorios como el de San Pedro de Macorís.
Sin embargo, es reducida la cantidad de proyectos inmobiliarios y gastronómicos que se han desarrollado en estas áreas, debido a que, de acuerdo con las motivaciones expresadas por vendedores de comida a este medio, “el norte del país está en Punta Cana”.
En junio de 2024, el ministro de Turismo, David Collado, durante la inauguración de una edificación pública, manifestó su compromiso de continuar aportando a la evolución de este litoral. No obstante, los resultados aún no reflejan un cambio, indicando, más bien, una disminución.
Precisamente, un informe preliminar elaborado por la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores) al que tuvieron acceso medios de comunicación, revela que Juan Dolio y Boca Chica recibieron una reducción de 5.4% en las visitas durante la Semana Santa de este año. Reflejando que el pasado año alcanzaron un 72.6%.
ANGEL VALDEZ