En contra del bloqueo
POR JUAN TAVERAS HERNANDEZ.- El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba ha sido rechazado y repudiado por la inmensa mayoría de los pueblos del mundo en las Naciones Unidas. Cada año son más los países que se manifiestan en contra de la medida que ya cumple 60 años, sin lograr los objetivos planteados de aniquilar la revolución y terminar con el sistema socialista que impera en la isla desde que Fidel Castro llegó al poder en 1959.
Pese a los sabotajes, las conspiraciones, los múltiples intentos por asesinar al comandante Castro, la intervención militar de Bahía de Cochinos a través de Playa Girón, pese al derribo de un avión de pasajeros de Cubana de Aviación, pese al estrangulamiento económico y el aislamiento político y cultural, el pueblo cubano se ha mantenido firme en sus propósitos de mantener el socialismo como bandera, a lo cual tiene absoluto derecho.
Desde el triunfo revolucionario Cuba ha sido un faro que ilumina el camino de los pueblos que aman la justicia, la libertad y la dignidad; un pueblo que no se rinde, que no se arrodilla ante el imperio más poderoso que ha conocido la humanidad. ¡Cuba no se rinde! ¡Cuba no se doblega! ¡Cuba no se vende! Los cubanos han sufrido hambre, desolación, pobreza y cautiverio a causa del embargo. Sin embargo se mantiene firme, incólume, bajo la consigna: ¡Patria o muerte!
El bloqueo económico, comercial y financiero, un entramado jurídico que no tiene sentido ni razón de ser, ha fracasado, como fracasaron los más de 200 intentos por matar a Fidel Castro, como han fracasado los intentos de matar de hambre al pueblo, de hacerlo sucumbir ante la falta de medicinas, alimentos, empleos, etc. Lo de Cuba es semejante a la historia de David contra Golit. El débil imponiéndose ante el fuerte y poderoso.
El bloqueo le ha costado a cuba más de 800 mil millones de dólares en estos 60 años. ¿Se imaginan ustedes los niveles de desarrollo que habría alcanzado la isla con esa suma? ¿Se imaginan cuántos hospitales, cuántas viviendas, cuántas plantaciones agrícolas, cuántas universidades, cuántos laboratorios científicos y tecnológicos, cuántas industrias, carreteras y vías ferroviarias se habrían construido con más de 800 mil millones de dólares? ¡Cuba fuera un ejemplo mundial de progreso y desarrollo!
Pese a todas las limitaciones impuestas por el criminal y genocida bloqueo, Cuba fue el único país del tercer mundo capaz de crear, no una, sino cuatro vacunas contra la pandemia del coronavirus. Tras la revolución, Cuba fue el primer país libre de analfabetismo en América Latina. Con todo y bloqueo, Cuba es uno de los países del mundo que más invierte en educación y salud, porque la prioridad es el pueblo, no el negocio. La educación y la salud no es negocio en la isla. En Cuba hay más de 75 mil médicos. Uno por cada 650 ciudadano.
Las muertes maternas son de las más bajas del mundo, superior incluso a la de muchos países desarrollados. La atención primaria, el médico de familia, tienen vigencia desde hace muchos años. La medicina, al igual que la salud, son gratis. Es verdad que hay problemas en la isla; muchos problemas, pero no existirían o serían menores si no fuera por el bloqueo. Se han cometido muchos errores, es verdad, y continúan cometiéndose, pero igual seria de menos impacto si no fuera por el bloqueo. De eso no hay dudas. Si la revolución es tan mala, si el socialismo cubano es tan horroroso, ¿por qué Estados Unidos no elimina el bloqueo y deja que sea el pueblo de manera libérrima quien decida qué gobierno, que sistema político, económico y social, quiere tener?
El bloqueo en contra de Cuba es contrario a la carta que le dio origen y sustento a las Naciones Unidas. Viola el derecho internacional, la autodeterminación de los pueblos, etc. Es por eso que la inmensa mayoría lo ha rechazado y lo continuará rechazando. Es el momento político adecuado para eliminar las restricciones en contra de la isla. El mundo vive un cambio de paradigma. Estados Unidos ya no es dueño del mundo. La globalización cambió. No más dominio imperialista. No más sanciones unilaterales. No más gendarme universal.