La comunicación y los intereses de los políticos
POR MARCOS SANTOS.- Sin la menor duda, la comunicación en San Francisco de Macorís está viviendo una etapa difícil, y no nos referimos en términos económicos, nos referimos a la independencia que debe tener todo medio de comunicación y cada comunicador o periodista en particular.
Hace unos días nos llamó un activista político, para preguntarnos cuál es el precio de la colocación de una publicidad en nuestros medios, y ahí entablamos una conversación de negocios, quedando de que la persona nos iba a llamar al día siguiente para definir todo.
Precisamente, la llamada sucedió al día siguiente, pero para decirnos, según ellos, que nosotros simpatizamos con un contrincante de ese precandidato y que por tanto no nos iban a colocar la publicidad.
En medio de esa acusación, le preguntamos al susodicho si ellos estaban comprando un espacio publicitario o mi conciencia, y ahí quedó todo.
Cuando afirmamos que la comunicación en la ciudad del Jaya está pasando por una situación difícil, es porque justamente una buena cantidad de dirigentes políticos colocan una publicidad con el objetivo de que no los critiquen, para que no lo cuestionen, y para que simplemente hablen maravillas de ellos, y así no debe ser.
Los políticos tienen sus propios intereses, y eso es cosa muy normal.
Los comunicadores también tienen sus propios intereses y eso es muy normal.
El político quiere llegar a ocupar posiciones de poder, tener una buena imagen ante la sociedad y así por el estilo.
En el comunicador debe primar el interés de decir siempre la verdad, y un detalle importante, decir lo que piensa aunque afecte los dichosos intereses de cualquier político.
Cuando un comunicador emite una opinión, siempre habrá posiciones a favor y en contra, por lo tanto, eso no debe detenerlo para expresarse con plena libertad.
En la presente coyuntura que vive el país políticamente hablando, hay funcionarios electos en la provincia Duarte, que buscan su reelección de cara a las elecciones del 2024, sin embargo, hay algunos de ellos que sus respectivas gestiones dejan mucho que desear, es decir, sin logros que mostrar a la población, y para estar claros, con una reputación dudosa.
Y son esos, los de dudosa reputación, que se atreven a levantar sus voces para cuestionar la moralidad de sus propios compañeros de partido, por el hecho de que hoy son sus competidores internos.
Ironías de la vida.
Los que trabajamos comunicación, tenemos el compromiso solemne de servir a la sociedad, diciendo la verdad, cuestionando la labor de los funcionarios con el debido respeto, jugando incluso un rol de fiscalizador de los fondos públicos, no importa de cual funcionario se trate.
Y es que estamos hablando en términos institucionales, jamás personales, y eso que se entienda bien claro.
Cada quien que atienda lo suyo, los políticos y funcionarios actuando de manera correcta, y los medios y comunicadores apegados siempre a la verdad, con una visión crítica de la sociedad.
Eso es respeto y eso es vivir en democracia.