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Biden acusa a Trump de usar la retórica nazi

El presidente demócrata de Estados Unidos Joe Biden acusó este viernes a Donald Trump de utilizar el lenguaje de la Alemania nazi y de ser una amenaza para la democracia, en un mitin con el que espera impulsar su campaña hacia su reelección en noviembre.

Trump, el gran favorito para la nominación presidencial republicana, afirmó en varios mítines que los migrantes que entran de forma ilegal «están envenenando la sangre» del país, lo que le ha valido comparaciones con Adolf Hitler y el fascismo.

La Casa Blanca lo condenó varias veces pero este viernes Biden ha dado un paso más, reprochándoselo en un discurso en el que se mostró combativo.

Trump «llama alimañas a los que se oponen a él. Habla de la sangre de los estadounidenses que está envenenada, haciéndose eco exactamente del mismo lenguaje utilizado en la Alemania nazi», afirmó en el estado de Pensilvania.

El ex presidente «ha publicado con orgullo en las redes sociales las palabras que mejor definen su campaña de 2024», es decir «venganza», «poder», «dictadura», añadió.

«No hay confusión sobre quién es Trump y qué pretende hacer», declaró en el mitin, que estaba previsto el sábado para hacerlo coincidir con el tercer aniversario del asalto al Capitolio de 2021 pero se adelantó un día por una inminente tormenta invernal.

El expresidente republicano «está dispuesto a sacrificar nuestra democracia y a colocarse en el poder» con una campaña «obsesionada con el pasado, no con el futuro», dijo el demócrata de 81 años a sus simpatizantes, alternando entre susurros y gritos.

– «Violencia política» –

Biden eligió un lugar simbólico para su discurso, cerca de Valley Forge, donde George Washington reagrupó las fuerzas estadounidenses durante la guerra de independencia hace casi 250 años.

Allí aseguró que Trump, sometido dos veces a juicio político de los que fue absuelto, no sólo ha instigado el ataque al Capitolio, sino que el magnate y sus seguidores siguen abrazando la «violencia política».

El asalto al Capitolio sigue siendo un tema divisorio en el país: una cuarta parte de los estadounidenses cree, sin pruebas, que el FBI estuvo detrás, según un sondeo del Washington Post y de la Universidad de Maryland publicado esta semana.

Durante el discurso ha quedado claro que Biden aborda la carrera presidencial como una elección directa entre él y Trump, a pesar de que las primarias para elegir al candidato republicano empiezan el 15 de enero y durarán meses.

– «Perdedor» y «enfermo» –

El demócrata llamó «perdedor» y «enfermo» a su rival con el que se encuentra codo a codo o a la zaga en las encuestas.

Trump, de 77 años, tampoco lo cubre de elogios.

Durante un mitin poco después en Iowa le llamó «Joe el Canalla».

«El historial de Biden es una racha ininterrumpida de debilidad, incompetencia, corrupción y fracaso (…) Por eso Joe el Canalla organizó hoy un acto de campaña patético, infundiendo miedo en Pensilvania», sostuvo.

Y reiteró que él, si gana las elecciones, aplicará mano dura en política migratoria.

«Detendré la invasión en nuestra frontera sur y comenzaré la operación de deportación interna más grande en la historia de Estados Unidos», dijo ante seguidores entusiasmados que le son leales, sin tener en cuenta las inculpaciones penales que pesan sobre él por presuntamente haber intentado alterar los resultados de las elecciones de 2020.

Biden es consciente por su parte de que su nivel de aprobación entre la opinión pública es catastrófico y de que algunos demócratas le reprochan haber tardado en arrancar la campaña.

No ha logrado convencer a los votantes de que la economía mejora y él mismo reconoció este viernes en un comunicado que «algunos precios siguen siendo demasiado altos para demasiados estadounidenses».

Tiene otros obstáculos por delante, como la migración, la división en su partido por su apoyo a la guerra de Israel contra el movimiento islamista palestino Hamás o el bloqueo en el Congreso a su petición de más fondos para Ucrania.

Pero quizá la mayor vulnerabilidad de Biden sea su edad, sobre todo después de una serie de caídas y de desatinos.

El lunes seguirá intentando dar fuelle a su tambaleante campaña con una visita a una iglesia de Carolina del Sur donde un supremacista blanco mató a tiros a nueve feligreses negros en 2015.

AFP

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