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Usuarios del servicio eléctrico exponen decepción con Protecom

SANTO DOMINGO.- Con un folder repleto de documentos y un semblante de preocupación, María González Martínez acudió a una estafeta de Protección al Usuario de Electricidad (Protecom) para exigir que se cumpla una solicitud realizada hace dos meses: el retiro del medidor eléctrico de la vivienda en que ya no habita.

La usuaria residía en la zona de Las Américas, próximo a la Ciudad Juan Bosch, pero se mudó a casa de su hija debido a problemas económicos y de salud.

Como parte de ese proceso, gestionó ante la distribuidora de electricidad la cancelación del servicio, pero hasta la fecha no ha recibido respuesta y las facturas le siguen llegando.

La mujer, quien libra una dura batalla contra un cáncer de piel, explicó que pese a no hacer usado el servicio eléctrico en el inmueble desocupado, en el mes de septiembre recibió una factura de RD$1,200, la cual se vio obligada a pagar.

“Ya yo estoy que no encuentro qué hacer. Interna, con cáncer en la piel y una lucha… Yo creo que me voy a caer muerta con esta situación”, expresó entre sollozos mientras salía de la oficina de Protecom ubicada en la Plaza Saray, en la avenida Las Américas del Ensanche Ozama.

Según relató, ha visitado varias estafetas del organismo en busca de una solución, pero en cada lugar la envían a otra dependencia sin darle una respuesta concreta.

Asegura que en algunas ocasiones el personal de la oficina de Protecom en Las Américas le ha hablado de forma descortés, cuando solicita que cumplan con el retiro del medidor eléctrico.

En sus manos llevaba un expediente con copias de facturas y reclamaciones previas. Entre ellas, figura una denuncia depositada el 27 de enero de 2025 por “facturación alta”, la cual —según la usuaria— fue fallada a su favor.

En ese documento se establece que la anomalía se debía a fallas en el medidor número 22262266, por lo que se procedió a sustituirlo por otro dispositivo, aunque bajo el mismo número de serie.

Mientras María salía cabizbaja de una oficina de atención, otro usuario enfrentaba un viacrucis similar.

Manuel Antonio Reynoso Reyes acudió a la estafeta de Protecom en Los Trinitarios para reclamar una facturación elevada y sin justificación, en el servicio eléctrico de su hogar.

Reynoso explicó que su caso ha sido objeto de múltiples visitas de inspectores de la distribuidora, quienes tomaron fotografías del medidor y reportaron que el aparato se encontraba “sulfatado”, o sea, flojo o mal ajustado. Su medidor está identificado con el número 22040312 y opera bajo la tarifa BTS1.

“Yo no le puse la mano a nada. Él me propuso un negocio y yo dije que no, porque me gusta tener derechos”, declaró.

El usuario asegura que sus facturas han mostrado un comportamiento inestable. En diciembre recibió un monto de RD$7,000, el cual reclamó sin éxito; luego, volvió a recibir recibos normales de alrededor de RD$800, pero el mes pasado la factura ascendió a RD$3,000. Tras su más reciente reclamación, le indicaron que debía pagar al menos la mitad de esa suma, es decir, RD$1,500.

“Uno viene aquí a perder el tiempo, porque uno nunca tiene la razón”, lamentó con resignación mientras salía del establecimiento.

Ambos casos reflejan el creciente malestar de usuarios que aseguran ser víctimas de “errores de facturación” o lentitud en los procesos de retiro de medidores, situaciones que —afirman— provocan pagos injustos, desgaste emocional y pérdida de tiempo.

Tanto María como Manuel coinciden en que, aunque la misión de Protecom es proteger a los usuarios del servicio eléctrico, en la práctica sienten que enfrentan un sistema lento y poco empático con quienes atraviesan situaciones de vulnerabilidad.

DESILUSIÓN

Hay clientes que incluso consideran una pérdida de tiempo acudir a Protecom, porque dicen que fallan más a favor de las distribuidoras que los usuarios.

Uno que declinó identificarse dijo que su factura le llegaba regularmente de RD$4,058.00, pero en este mes le subió a RD$11,014.00, con los mismos equipos electrónicos.

Cuando reclamó a la distribuidora le dijeron “no procede”.

“Un colmado que está debajo de mi casa con cuatro freezers (congeladores) y una nevera le llega la factura de 12,000 pesos, cómo a mí me llega casi igual con un consumo menor”, añadió.

SCHARAZADE RODRIGUEZ

Redacción

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