Solicitan fondos para el rescate del Río Yaque
SANTIAGO.- Al menos 31 diputados de diferentes provincias de la región han firmado la resolución que busca que se le asignen cuatro mil millones de pesos del Presupuesto Nacional al rescate de la cuenca del río Yaque del Norte, principal fuente acuífera del país.
Los recursos solicitados serán divididos en cuotas de mil millones cada año. Se espera completar las 38 firmas de los legisladores pertenecientes a las siete provincias que se benefician del Yaque.
La iniciativa fue impulsada por el diputado Mateo Espaillat y respaldada por el legislador santiagués Máximo Castro Silverio. En su reclamo piden respetar el decreto 57-18 que declara de alta prioridad el rescate del Yaque del Norte.
“Hoy vengo a recordarles un problema nacional que no puede esperar más, el rescate de la cuenca del río Yaque del Norte. No vengo con el mismo cliché de hablarlo y dejarlo en palabras”, expuso Espaillat, al defender su propuesta ante la Cámara de Diputados.
El proyecto busca combatir el deterioro y descuido que ha sufrido la referida cuenca, la cual es la fuente de recursos hídricos más importante del país. “Se trata del proyecto de resolución mediante el cual se solicita al presidente de la República mantener el Decreto número 57-18 que declara de alta prioridad nacional la rehabilitación, saneamiento, preservación y uso sostenible de la cuenca del río Yaque del Norte”, expresó.
Espaillat recordó que el Yaque del Norte provee agua para dos millones de personas e irriga más 1.6 millones de tareas.
Su capacidad de almacenamiento es de unos 794.48 millones de metros cúbicos, la cual se ha reducido en un 40% (a 477 millones de metros cúbicos), debido a su deterioro progresivo y a la falta de inversión.
Su importancia también radica en que posee una capacidad instalada de 174.9 MW de generación eléctrica, equivalente al 25% de lo generado por Punta Catalina y que pueden salvar con tan solo el 2.2% de lo invertido en dicha planta; para de esa manera generar energía limpia, agua potable e irrigación.
MIGUEL PONCE