Asesora comunicacional
POR DANILO CRUZ PICHARDO.- Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central, tiene el récord de 18 años en ese cargo, bajo el mandato de cuatro presidentes diferentes. Con el famoso cambio de 2020 no fue posible encontrar un economista en el PRM, en los partidos aliados ni en los miles de movimientos de apoyo en toda la geografía nacional.
Es más: no apareció otro del área en la República Dominicana.
Valdez Abizu es el único capaz de mantener estable la tasa de cambio. Inclusive cuando él muera –y todos estamos en fila para ese destino– esa institución será cerrada. Por lo menos hay que reconocerle que no es un hombre controversial ni ofrece declaraciones desafortunadas.
El caso se parece bastante al de Angelita Peña, asesora comunicacional del Gobierno, pero que ya había formado parte de las gestiones de Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina. Inclusive en la pasada campaña se le vio decir –en video que circula en las redes— que el candidato presidencial del PRM era el peor de todos.
Esa dama devenga un sueldo de 300 mil pesos cada mes.
Como en el PRM no apareció otro comunicador, en los partidos aliados ni en los movimientos de apoyo, me imagino que Abinader le rogó para que acepte ese puesto, en el que se supone que tiene exceso de atribuciones.
Tantas atribuciones que se atrevió a decir que los medios están llenoS de personas feas y mal vestidas. Lo de feo y hermoso son dos conceptos subjetivos. Lo que para una persona es feo para otra puede resultar precioso.
Y no creo que la vestimenta determine la belleza de nadie. Hay damas muy pobres, carentes de recursos para vestir a la moda, que son hermosas, hermosísimas. Mientras hay otras que les sobran recursos y prendas de vestir, confeccionadas por reputados modistos, que no están dotadas de atractivo físico. Como dice el viejo adagio: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.
Las declaraciones de Angelita Peña revelan clasismo. Son desafortunadas, pero todo indica, lo único que ella ha sido sincera y no exhibe poses, que su estilo va muy a tono con la preferencia de Abinader, que desde la transición empezó a designar ricos, muy ricas (empresarios con todo y familia), blancas y bien vestidas.