CHICAGO – Tras la ovación de pie del público en el Wrigley Field el jueves por la noche, Matthew Boyd se dirigió directamente al escalón más alto del dugout de los Cubs. El veterano zurdo esperó y observó la salida de Daniel Palencia en la quinta entrada, gritando mientras el relevista le inducía un elevado al bate de la estrella de los Brewers, Jackson Chourio.
Este fue un Boyd clásico, enfocándose en un compañero cuando merecidamente era el centro de atención. Boyd se ganó la atención por su actuación en el cuarto juego de la Serie Divisional de la Liga Nacional, cuando el zurdo aprovechó su oportunidad de redención y marcó la pauta para la victoria de los Cachorros por 6-0 sobre los Cerveceros, enviando la serie de vuelta a Milwaukee.
Boyd trabajó hasta la quinta entrada, dándole al mánager Craig Counsell justo lo que necesitaba para alinear a los relevistas de Chicago y resolver el rompecabezas de 27 outs del juego. Ian Happ mantuvo la magia de los Cubs en la primera entrada con un batazo de tres carreras ante el as Freddy Peralta, y los del Norte se encaminaban a empatar esta Serie Divisional de la Liga Nacional al mejor de cinco, a dos juegos por bando.
Ha habido 35 casos previos en los que un equipo perdió los Juegos 1-2 como visitante en una Serie Divisional con el formato actual de 2-2-1. Solo cinco forzaron un Juego 5 con el ganador se lo lleva todo, y tres completaron la remontada. Los Cubs han ganado tres juegos de eliminación seguidos una vez antes en la historia del club: en el triunfo de la Serie Mundial de 2016 sobre Cleveland.
