Comunitarios piden un centro de salud y dos nuevas escuelas

Santiago. Los habitantes de las comunidades El Aguacate, Salamanca y Palo Alto del distrito municipal San Francisco de Jacagua, en la cordillera septentrional llevan prácticamente décadas reclamando la intervención de su centro policlínico y la construcción de dos escuelas.
En la comunidad El Aguacate, desde hace 29 años vienen denunciando el estado de abandono de su centro de salud recibido construido en el año 1961 y reconstruido en la gestión municipal de José Enrique Sued, en el período 94-98.
Desde grietas, persianas y puertas destrozadas y un baño dañado que obligó a construir una letrina, se observa en dicho policlínico. El personal está compuesto por una enfermera, una promotora de salud, una empleada de limpieza y un médico pasante.
Leonardo Sosa, residente en El Aguacate, refiere que el centro de salud que atiende a más de 1,000 personas, lleva más de tres meses sin recibir medicamentos.
“Actualmente, solo cuenta con un médico pasante que se limita a tomar la presión arterial y realizar pruebas de glucemia, debido a la falta total de insumos médicos”, apunta Sosa, quien acudió a colocarse una inyección.
Precariedades
Miguel Almonte, indica que apenas cuentan con un área de vacuna, uno de emergencia y otra de consulta, que operan con toda precariedad, debido a que la única camilla está deteriorada.
“Esto no es atención médica, es una burla. Cuando llegan las elecciones, los políticos vienen, prometen y se van. Pero aquí seguimos sin medicamentos, sin doctores, y con una estructura que se cae a pedazos”, expresó Almonte.
La situación ha generado preocupación entre los habitantes, quienes advierten que si el Ministerio de Salud Pública no responde de forma inmediata, iniciarán jornadas de protesta frente a la policlínica y en las oficinas regionales de salud. Además del deterioro físico del edificio, los comunitarios señalan que ni siquiera pueden reunirse dentro del local por el riesgo de colapso.
Critican Gobierno sea indiferente a carencias
Otro de los problemas que enfrentan los moradores de El Aguacate es la falta de una escuela, lo que obliga recibir docencia en un templo católico. Lo que quedaba del centro educativo fue demolido, pero sus moradores no ven señal de levantar otra por el momento.
Lo mismo sucede en la comunidad de Palo Alto, donde los niños reciben docencia en un templo cristiano. Desde hace años, sus habitantes reclaman la construcción de una escuela.
MIGUEL PONCE