El problema de Al Horford con los Sixers de Filadelfia

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Con problema me refiero a incapacidad de ser incluido eficazmente en el sistema o incompatibilidad con el mismo. Al Horford ha demostrado ser uno de los interiores más versátiles de toda la liga y su calidad está fuera de toda duda. Llamen a Atlanta o Boston si todavía les queda alguna. Sin embargo, muchos se echaron las manos a la cabeza cuando los 76ers le firmaron un contrato multimillonario este verano. Cuatro temporadas y 109 millones de dólares por un jugador de 33 años que ocupa el mismo puesto que Joel Embiid. Demasiado dinero por un perfil que viene a complementar a tu máxima estrella no a sustituirla.

En Filadelfia, Horford está compartiendo la pintura con Embiid, una convivencia interior que el dominicano prácticamente ha desconocido en la última década. Su rol en los últimos años había sido el de center, jugando apenas un 9% de sus minutos como ala-pívot el pasado curso. En el presente, esta cifra ha aumentado hasta el 32%, según datos de Cleaning the Glass. De momento, la adaptación no se ha producido y es más lo que se molestan que lo que suman ambos jugadores. Según The Ringer, los 76ers presentan un net rating de -1,1 cuando Embiid y Horford comparten la pista. Una calificación que aumenta hasta un +7,6 cuando es solo el camerunés el que está sobre la cancha. Y voy más allá: los dos presentan el peor ratio ofensivo (98,7) combinado entre dos jugadores de toda la plantilla de los 76ers entre aquellas parejas que han jugado juntas al menos 300 minutos. Con esta información entre manos es normal que Brown lo haya desplazado a la segunda unidad buscando maximizar la producción de ambos.

Además, ha visto relegado su rol ofensivo hasta un segundo, tercero e, incluso, cuarto plano. El control de la pelota suele estar en manos de Embiid, Simmons y Harris, limitando la circulación alrededor de Horford, una virtud que supo explotar muy bien Brad Stevens en Boston. Además, esta situación provoca que el pick&roll del dominicano caiga en desuso. Según datos de Second Spectrum, Horford ha puesto en práctica este recurso entre 22 y 25 veces por partido en cada una de sus temporadas. Hasta la actual, cuya cifra ha caído hasta las 16 acciones por velada.

Así, muchas veces hemos visto como Horford se queda anclado en el perímetro a la espera del balón como un tirador más. Si bien en las últimas tres temporadas había promediado un 38,2% en triples, el segundo mejor registro tras Towns entre todos aquellos interiores con al menos 500 intentos, en esta su producción ha disminuido hasta un 32% y presenta el peor porcentaje en tiros de campo de su carrera (43.6%). Un dato que ahonda aún más en las carencias exteriores de un equipo incapaz de hallar una ofensiva fluida y un acierto regular desde el perímetro.

En Filadelfia esperan resolver la ecuación en los últimos meses y lograr una continuidad que se les ha resistido desde inicios de temporada. Las lesiones han hecho mella en el equipo desde octubre y actualmente Josh Richardson y Ben Simmons ocupan la enfermería. “Siempre es un desafío para los nuevos jugadores el aprender a jugar entre ellos”, declaró Embiid. “Pero creo que lo vamos a conseguir.”

Y no le falta razón al tres veces All-Star. Los 76ers superaron cómodamente a los Celtics en el partido inaugural, aplastaron a Milwaukee en el Día de Navidad y recientemente superaron a los Lakers por 17 puntos. Todas estas victorias llegaron en el Wells Fargo Center, donde los de Brett Brown son los mejores de la liga este curso (22-2). Las cosas son muy distintas como visitantes (9-19), con un balance muy similar al de Knicks (9-19), Pistons (8-20) o Cavaliers (8-19). Y aún peor, su actual quinta posición en el Este les cierra las puertas a un vital factor cancha en playoffs. Demasiada irregularidad para un equipo que aspira al campeonato.

Este verano, Elton Brand apostó por la altura y la defensa al firmar a Horford y renovar por 180 millones a Tobias Harris. El objetivo era claro: dominar desde la defensa (4º en la NBA) y anotar lo suficiente (19º mejor ataque) para poder vencer. A veces ha funcionado, pero la realidad arroja muchas dudas con más de dos tercios de la temporada disputados.

“Es solo cuestión de espacio”, quiso explicar el propio Horford. “El entrenador está haciendo un buen trabajo para que el juego sea más limpio y comprensible para nosotros. Porque no es tanto Joel, sino si es Ben el que tiene que llegar a la esquina o si Tobias tiene que crear un poco más de espacio. Hay momentos en que todos somos tan grandes y altos que sentimos que podemos entrar a canasta y obtener un desajuste ofensivo. Y ahí es donde se pierde el ritmo un poco.”

De momento, los resultados no terminan de llegar del todo y comienzan a sobrevolar los rumores de una posible revolución en la plantilla este verano de confirmarse un gran fracaso en post-temporada. Llegado el momento, será complicado colocar contratos tan complicados como los de Horford y Harris. ¿O serán Embiid o Simmons alguno de los grandes damnificados?

Jacobo León 

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Redacción

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