Guachupita: otro sector donde delincuentes utilizan cámaras para vigilar a la Policía

SANTO DOMINGO.- Desde hace unos dos años, los medios de comunicación empezaron a evidenciar el alcance que están teniendo los delincuentes, dentro de las comunidades donde residen para evadir las acciones de la Policía Nacional.
Surgieron diversas denuncias sobre cómo los malhechores instalan cámaras de seguridad en puntos estratégicos para vigilar los movimientos de los agentes con el objetivo de evitar ser capturados. Además, esto les permite estar alertas ante cualquier ataque que pudiesen recibir de otros bandos de criminales.
Hasta el momento, la opinión pública solo conocía de cuatro casos registrados en las provincias Sánchez Ramírez, San José de Ocoa, Seibo y el Distrito Nacional. No obstante, a este se agregó uno más el pasado domingo, luego de que dos jóvenes, a quienes se les acusa por la comisión de diversos delitos, se entregaran a la Policía Nacional en el sector Guachupita de la capital del país.
Al menos tres dispositivos fueron visualizados en los postes de luz de la calle Ramón Matías Mella de esa demarcación, los cuales están aún en la actualidad a disposición de una alegada agrupación criminal.
Así lo confirmaron miembros del cuerpo policial a reporteros de este medio, mientras se encontraban realizando en esta zona el operativo que concluyó con la detención, por medio de la entrega voluntaria, de Johan Adón, 19 años; y Andrés Jesús Espinal Pérez, 21 años de edad (Mazazo). De acuerdo con las informaciones ofrecidas por la institución encargada de la seguridad ciudadana, estos tienen tres órdenes de arresto en su contra, dentro de los cuales se encuentra el alegato de un supuesto homicidio.
Precisamente, en las redes sociales se encuentra la publicación de un video en el que se puede observar cómo estos jóvenes, en la habitación dentro de su hogar, estaban escondidos con un arma de fuego, atentos a todos los movimientos del contingente policial situado en las proximidades.
Según expresaron algunos comunitarios a reporteros, sin exponer su identidad debido al termo de recibir posibles represalias, las videocámaras no han sido retiradas, a pesar de que los organismos de seguridad asignados a esta demarcación están conscientes sobre su uso delictivo.
“Después de que se los llevaron, por aquí no ha regresado ningún policía a tumbar las cámaras y ellos (los agentes) saben para qué son esas cámaras…”, dijo el residente.
Por otro lado, esta situación empeora con las denuncias expresadas a través de las plataformas digitales y medios de comunicación sobre la ausencia de la prevención policial, lo cual ha ofrecido la tranquilidad necesaria a los delincuentes para mantener a la comunidad preocupada.
Más sistemas de vigilancia
Para los delincuentes, esta es una estrategia efectiva, ya que aumentan su capacidad de reacción en respuesta a las labores de los organismos de seguridad. El procurador titular fiscal de San José de Ocoa, Francis Valdez, expuso el pasado 22 de febrero otra modalidad que aplican los criminales.
“Ahora instalan cámaras en las vías públicas y les pagan a sus dueños con la finalidad de mantener vigiladas las calles y las entradas, y poder advertir la presencia de la autoridad”, dijo el magistrado.
El pasado 31 de mayo, un equipo de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Policía realizó un operativo en el Ensanche Capotillo, una localidad cercana a Santo Domingo Norte, donde desmantelaron una red delictiva que estableció un sistema de videovigilancia para monitorear a las autoridades.
ANGEL VALDEZ