Haití en jaque: Le faltan 67 días para caer en un peligroso vacío de poder

El reloj implacable de la transición haitiana no perdona. A partir de este miércoles, 3 de diciembre, al Consejo Presidencial de Transición (CPT) le restan exactamente 67 días para agotar su mandato.
El decreto de su fundación estipula que su mandato finaliza a más tardar el 7 de febrero de 2026.
Entre sus objetivos principales figuran formar un gobierno inclusivo, restaurar la seguridad y organizar elecciones presidenciales y legislativas para transferir el poder.
Se trata de una fecha límite que proyecta una sombra de profundo temor sobre ese país y una gran preocupación en la región, especialmente del lado dominicano, que ha luchado con urgencia para que la comunidad internacional encuentre una salida definitiva a la crisis.
Pero lejos de avanzar hacia la estabilización, el Consejo se encuentra paralizado por una implosión interna que amenaza con dinamitar el proceso antes de que pueda cumplir su misión primaria.
El problema de la disputa central gira en torno a la continuidad del recién nombrado primer ministro, Alix Didier Fils-Aimé, cuya legitimidad y respaldo se han convertido en un nuevo foco de división.
Este conflicto interno ocurre en el peor momento posible, transformando el límite de 67 días de un plazo de trabajo del CPT a un ultimátum para la estabilidad del país.
De hecho, el factor de presión más crítico en estos momentos no es solo el tiempo, sino la nula consecución de los objetivos fundamentales que justificaron la creación del CPT.
La lucha por el control del Ejecutivo, personificada en el pulso por el primer ministro Fils-Aimé, ha consumido un tiempo precioso—en buen dominicano, un “tiempo de oro”—que debió dedicarse a la seguridad y la gobernanza.
Lo peligroso es que esta fractura interna exhibe una debilidad institucional que los grupos armados y la oposición podrían aprovechar para aumentar el caos.
Situación de vacío inevitable
El mandato del CPT está intrínsecamente ligado a la creación de un marco electoral sólido, pero restando apenas 67 días, no solo no se han sentado las bases para las próximas elecciones, sino que la ausencia de un Consejo Electoral Provisional (CEP) funcional hace inseguro el proceso.
Para mayor evidencia, el propio Consejo Electoral Provisional (CEP), una instancia que el CPT debe establecer, ha propuesto una primera vuelta de elecciones presidenciales y legislativas para el 30 de agosto de 2026 y una segunda vuelta para el 6 de diciembre de 2026, lo que es notablemente posterior a la fecha límite del mandato del CPT.
La extrema violencia de las pandillas y el estancamiento político interno del CPT han dificultado el cumplimiento de sus objetivos, incluyendo la restauración de la seguridad necesaria para celebrar comicios justos y ordenados.
Advertencia de crisis
Entiéndase bien cuál es el peligro que afrontaría Haití a partir del sábado 7 de febrero de 2026: Si el mandato del Consejo expira sin haber instauradas las estructuras legal y de seguridad viables, el país se precipitará, inevitablemente, a un vacío de poder institucional completo. En pocas palabras, Haití caería en un vacío total.
Una postura firme de RD
Ante este escenario de incertidumbre crítica, el Gobierno dominicano debe centrarse en al menos un par de acciones cruciales, muy fundamentales y sostenidas.
Por ejemplo, debe seguir presionando a la Comunidad Internacional y al Consejo de Seguridad de la ONU para que aceleren la implementación efectiva de la Fuerza de Represión de Pandillas (FRP) y aseguren que el proceso electoral en Haití pueda llevarse a cabo de forma segura, incluso si esto implica una extensión o revisión del plazo del 7 de febrero de 2026.
También, y esto es de interés y orden mayor, continuar con la política de control migratorio firme y la repatriación de indocumentados, reafirmando que la solución a la crisis de Haití no será a costa de la seguridad y el orden de la República Dominicana.
¿Qué es un vacío de poder?
Un vacío de poder es una situación política y social peligrosa que ocurre cuando no hay una autoridad o un poder claramente establecido, legítimo y efectivo capaz de ejercer el control de un Estado.
Se le llama «vacío» porque la estructura que normalmente contendría la autoridad (el presidente, el gobierno, las leyes) ha colapsado o ha desaparecido, dejando un hueco que inmediatamente intenta ser llenado por otros actores.
Este vacío puede ser provocado por derrocamiento o muerte del líder, la eliminación repentina e inesperada de una figura central, como ejemplo, un golpe de Estado o el fallecimiento de un dictador.
Como se ve en el caso de Haití, ocurre cuando un acuerdo de transición, como el del CPT, no logra su objetivo de establecer un nuevo gobierno electo antes de que expire su propio mandato.
GUILLERMO PEREZ






