Opinión

¿Qué se esconde?

POR DANILO CRUZ PICHARDO.- El Gobierno dominicano dispuso auditar a unos 220 mil haitianos favorecidos con el Plan Nacional de Regularización, supuestamente para establecer quienes califican o no. También en reunión encabezada por el presidente Luis Abinader se anunció restringir la atención a la salud de haitianos ilegales. Solo tendrían atención de emergencia, a pesar de que la salud es un derecho humano universal.

El Gobierno tiene derecho en la aplicación de las leyes migratorias, pero ¿cuál es la necesidad de estar a diario con una alharaca en torno a los haitianos? Se suspendió el plan de visado a estudiantes haitianos para cursar carreras en universidades dominicanas, a pesar de que FAPROUASD califica a esos alumnos de disciplinados y brillantes.

Aunque se trata de una solicitud de Estados Unidos, la población dominicana ha aprobado que se haya sellado militarmente la frontera domínica-haitiana, para evitar que individuos pertenecientes a bandas criminales, que controlan a Haití, pasen a nuestro territorio, sobre todo evadiendo el inevitable operativo militar sorpresivo que las autoridades norteamericanas implementarían contra los responsables del secuestro de 17 estadounidenses, en los que se encuentran misioneros y familiares, incluyendo a niños.

La situación de Haití es caótica en lo institucional, social, económico y político. Por encima de esa realidad, las bandas criminales armadas controlan gran parte de su territorio. El presidente Abinader tiene razón al llamar a los dominicanos a no visitar al vecino país. Pero no más. No puede estar diariamente creando tensiones, como si hubiera una guerra inminente entre ambas naciones, con la finalidad de sacar capital político.

Al Gobierno le interesa que el tema siga copando los espacios de los medios de comunicación social y de las redes sociales, pues además de beneficiarse la gente se olvida de la inflación, de la aprobación de nuevos empréstitos, la designación de funcionarios en organismos que nadie conocía al momento, así como de más asesores. Además, ya nadie habla de pandora papers y las empresas del señor Abinader en paraísos fiscales.

Sorprende la forma ingenua como la población dominicana se deja manipular con temas impuestos en la agenda nacional, en el marco de una estrategia política-comunicacional para beneficiar a una persona. En estos momentos la gente percibe al presidente como el único que pone a los haitianos en su puesto, pese a que lo que se procura es que no se hable de otros temas. Algo se esconde.

Redacción

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