POR MARCOS SANTOS. – No es necesario ser profesional sobre el estudio de la conducta humana y de la misma sociedad, para darnos cuenta, que estamos ante un mundo lleno de enfermos mentales.
Un poco fuerte el término, pero es la realidad.
La falta de tacto, el desenfreno, la temeridad, la desvergüenza, el escándalo, la mala fe, odio, envidia, y el no disimulado deseo de que el otro se muera, porque no es los míos, son indicadores a mí modo de ver, del titulo de este articulo.
La alegría mostrada públicamente por la muerte de un Ser Humano, a mí particularmente me da mucha pena ver este tipo de expresión, un tanto salvaje y falta total de amor al prójimo.
Atropellar una persona y dejarla tirada en el pavimento, además de ser un acto de extrema irresponsabilidad, bien podría calificarse como algo que contenga ciertos niveles de locura.
Meterse en rojo en un semáforo como alma que lleva el diablo, es de locos.
Es que hay que estar loco, para hacer algo que nos pueda provocar nuestra propia muerte y la muerte de otras personas.
En las redes sociales, se lee a cada momento a desaprensivos desearles la muerte a reconocidos dirigentes políticos, y todo porque es contrario al partido de mis simpatías, o porque simplemente está acusado o señalado como corrupto.
La corrupción, que nunca se ha castigado en nuestro país, conlleva cárcel, no pena de muerte.
Veo personas que se alegran de que otra en particular contrajo una enfermedad.
Muchos se alegran por un divorcio.
Otros, porque equis mujer es victima de violencia de genero.
Muchísimos se sienten regocijados porque fulano o fulana se fue a la quiebra económica.
Se critica hasta la saciedad que una persona esté gorda o flaca.
Todos nos creemos dueños de la verdad, y los demás que no coincidan con nuestros criterios, los tildamos de estúpidos y hasta de mal nacidos.
Falta más.
Pero lo dejaré hasta aquí.
El autor es conductor del programa “Con Marcos Santos por Imagen Universal TV, de lunes a viernes de 8 a 9 de la noche, y director de CALLE56.COM y MUJERESRD.COM
