Santiago. Con el reinicio de los trabajos de la última etapa de construcción del mercado de Pekín, las autoridades se han encontrado con daños a la infraestructura, al parecer ocasionados por consumidores de drogas.
Desde cristales rotos en la parte frontal, intento de sustraer toma corriente, hasta destruir algunas persianas de los baños para poder penetrar, es la situación que presenta el local enclavado en la barriada de Pekín, al sur del municipio de Santiago de los Caballeros.
elCaribe constató como una gran parte de las persianas requieren ser cambiadas, debido a que fueron dañadas al ser forzadas por los llamados “piperos”.
Algunas permanecen sostenidas con clavos. Ayer en el lugar había tres hombres de nacionalidad haitiana que limpiaban el piso afectado por el largo tiempo de abandono de los trabajos.
Promesa
A finales del mes de diciembre, los representantes de organizaciones comunitarias, encabezados por la profesora Griselis Martínez, junto a vendedores, protestaron con un velatorio popular para exigir la entrega de los locales del mercado de Pekín.
Los manifestantes se concentraron con un ataúd frente al local y allí rindieron guardia de honor para velar lo que consideran es un elefante blanco muerto, debido a que la alcaldía se ha negado a abrirlo, a pesar de que tiene más de un año que dicen fue concluido.
Sin embargo, el alcalde Abel Martínez, al girar una visita el pasado lunes a la estructura que se encuentra construida en más de un 80%, dijo que trabajan en terminad la obra y así cumplir con el propósito de desarrollo de esa importante zona del municipio. Aseguró que dicha obra estará completamente terminada este mismo año y que las asignaciones de módulos beneficien a los antiguos y verdaderos vendedores.
Local busca acoger a 120 buhoneros
La edificación inició en el mes de marzo del 2015 en la gestión del alcalde Gilberto Serulle y busca acoger a 120 buhoneros, en su mayoría vendedores de flores, frutas, verduras, zapatería y botánica y otros que operaban en el hacinamiento con locales improvisados. Diversas protestas se han realizado durante la espera, sobre todos de quienes temen quedar fuera.
MIGUEL PONCE
