POR MARCOS SANTOS.- El pasado lunes cuando nos disponíamos a cubrir una rueda de prensa en la sede de la Gobernación de la Provincia Duarte, donde las autoridades del Gobierno, iban a ofrecer declaraciones en torno al llamado a huelga hecho por el Falpo y otras organizaciones comunitarias, justo en el momento cuando iba a subir la escaleras del edificio, pasaba por la calle Mella, un camión de la Policía Nacional con varias personas detenidas y al verme vociferaron “la huelga va con fuerza”, y siendo honestos, en esos momentos no llegué a entender lo que estaba sucediendo.
Pero, al ver este miércoles una publicación del comunicador y dirigente político, Bolívar Santos, y escuchar a la señora gobernadora Xiomara Cortés, decirle por teléfono a una persona “tranquelo”, “tranquelo tó”, las cosas bien podrían aclararse.
Y si a esto agregamos la denuncia del dirigente del Falpo, Raúl Monegro, quien acusó a la representante del Poder Ejecutivo, de ordenar el apresamiento de varios miembros de esa organización, entre ellos a Ariel Paulino, no es ocioso relacionar esas expresiones y los ademanes de la señora Cortés al culminar dicha conversación telefónica, con lo que vimos en la calle antes de entrar al edificio que aloja las oficinas gubernamentales.
A nuestro juicio, el tema en cuestión no se puede “chabacanizar”, porque bien podríamos ser testigos de acciones y actitudes propias de una dictadura.
Vivimos en una sociedad donde todos los ciudadanos tienen derechos, pero también deberes, y la famosa expresión “tranquelo”, debe ser cosa de un triste pasado.
Cuidado con la intolerancia y el abuso del Poder.
Mucho cuidado con eso.