POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- El presidente Luis Abinader dijo ayer que estudia hacer un último esfuerzo para extender el programa Fase I, que beneficia a más de 52,000 trabajadores suspendidos y numerosas empresas afectadas por crisis del Covid-19.
Esta excelente y oportuna noticia es muy importante.
La realidad es que la mayoría de las empresas tienen los empleados suspendidos.
No están en capacidad de restablecer sus nóminas al 100%.
Tampoco tienen posibilidades de asumir y pagar las prestaciones laborales de años o décadas.
De no extenderse el programa Fase I muchos empleados pueden quedar suspendidos sin las empresas pagarle y sin beneficios del programa Fase I.
Si el Ministerio de Trabajo negara el status a los suspendidos, las empresas entrarían en una situación muy precaria.
Si tienen que liquidarlos, no tendrían recursos para hacerlo.
Se requeriría un crédito a esas empresas para liquidar empleados.
Esto sería catastrófico porque aumentaría el desempleo y empeoraría la situación financiera de las mismas.
Otro peligro que tiene en estos momentos la terminación del programa Fase I es que se produciría en momentos de aumento de la positividad de contagios del Covid.
La reintegración del 100% de los empleados tendría un impacto de aumentar los contagios de Covid. La realidad es que aunque las perspectivas de superar la pandemia en República Dominicana son buenas, no es menos cierto que todavía no hemos superado la crisis y sus secuelas, ni de contagios ni efectos económicos y sociales.
Estoy consciente de la carga inmensa que significa para el Estado mantener el programa Fase I, pero hay que hacer el esfuerzo que sea necesario.
La paz social, evitar quiebra de empresas y preservar empleos de ser prioridad.
Muy atinadas las declaraciones del presidente Abinader.
Ojalá pueda materializarse hasta que el proceso de vacunación pueda avanzar lo suficiente para lograr inmunidad rebaño.
