China ha advertido a Estados Unidos que «pagará un precio» por su boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín.
El Gobierno de Joe Biden confirmó este lunes que no enviará a ningún representante, como protesta por los abusos de los derechos humanos en el gigante asiático. Sí acudirán, en cambio, los deportistas estadounidenses.
«No enviaremos ninguna representación diplomática u oficial a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de Pekín, dado el genocidio y los crímenes contra la humanidad que la República Popular China está cometiendo en Xinjiang y los otros abusos de los derechos humanos -explicó Jen Psaki, secretaria de Prensa de la Casa Blanca-. Los atletas del equipo de Estados Unidos contarán con todo nuestro apoyo, pero no contribuiremos a la fanfarria de los Juegos».
Pekín ha respondido acusando a Washington de dar bombo a un boicot diplomático, cuando ni siquiera han sido invitado a los Juegos.
«El centro de atención deben ser los atletas de todos los países del mundo, no los políticos individuales -dijo Zhao Lijian, portavoz de Exteriores del Gobierno chino-. _En cuanto a los políticos, que han exagerado el boicot con fines políticos y grandilocuentes, tanto si vienen como si no, a nadie le importará y tampoco tendrá ningún impacto en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín».
En un comunicado, el COI ha dicho que acudir o no a los Juegos es una «decisión propia de cada gobierno» que «respeta plenamente».
Este boicot diplomático de Biden es menos drástico que el decidido en 1980 por el entonces presidente estadounidense, Jimmy Carter, quien anunció un boicot completo a los Juegos Olímpicos de verano en Moscú, en respuesta a la invasión soviética de Afganistán. En represalia, la Unión Soviética, boicoteó los Juegos Olímpicos de verano de Los Ángeles de 1984.
