Edwin Encarnación y un bate que lo consagra entre los mejores

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La consistencia ha sido un sello de fábrica que representa la carrera de Edwin Encarnación durante sus 15 campañas en Grandes Ligas.

La estación pasada aunque apenas participó en 109 partidos y agotó 418 turnos, no impidió que registrara su octavo año seguido en que supera los 30 jonrones (34), registro que lo colocó al lado de Babe Ruth, Mickey Mantle, Albert Belle, Mike Piazza, Jeff Bagwell y Mark Teixeira para igualar en el quinto puesto entre los peloteros con la más extensa cantidad de temporadas sobre los 30 vuelacercas con un total de ocho.

Desde el 2012, su cuarto año con los Azulejos de Toronto, le permitió comenzar una cruzada que para entonces le ha permitido disparar 297 vuelacercas durante ese espacio, la mayor cantidad en el tramo, los cuales son cinco más que lo registrado por su compatriota Nelson Cruz.

“Cada día debo agradecer a Dios por permitirme mantener jugando por 15 años en Grandes Ligas, solo él ha hecho que esto fuera posible”, expresó el slugger de 37 años, tras participar como el invitado central en el programa La Semana Deportiva que produce el periodista Héctor J. Cruz, cada domingo de 11 de la mañana a 1 de la tarde CDN Sport.

Entrevistado desde su finca campestre, en que en esta época de coronavirus disfruta gran tiempo con su esposa Karen Yapoort, su pequeño hijo de poco más de un año, así como otros familiares, Encarnación se prepara para su campaña 16, esta vez con los Medias Blancas de Chicago, su sexta franquicia en la gran carpa. Tras firmar pacto de 12 millones de dólares por una campaña, el bateador de 34 vuelacercas y 86 remolcadas en el 2019, espera seguir acumulando magníficos registros en los años por venir y si las cualidades se lo permiten poder al menos aproximarse a estar activo cuando lleguen los 40.

Aunque reconoce que ya la familia requiere de mayor espacio, además de que entiende que el béisbol ha dado un gran giro desde aquel 2005 en que debutó con 22 años con los Rojos de Cincinnati.

Sabermetría, computadoras están cada vez más latente en el béisbol y hasta te miden si ha perdido facultades defensivas, si ya no batea los pitcheos con la potencia del pasado reciente, son de las cosas que atentan contra los peloteros más veteranos, círculo en que está metido Encarnación, en beneficio de los más jovencitos.

Empero, no dejará que esto lo afecte y a pesar del receso se mantiene en constante trabajo, en su caso con Jim Clarson, preparador físico, con quien ha laborado los últimos años, pues no quiere estar sobrepeso para cuando el béisbol retome sus actividades en la época en que la pandemia, así como los dueños de equipos y Asociación de Jugadores así lo permitan.

Nelson Cruz, buen ejemplo
También se observa en el espejo de Nelson Cruz, su compatriota, quien a sus 39 años no cesa de trabajar, lo mantiene con la fortaleza de continuar en las Mayores, más con una despedida que tuvo en el 2019 , con 41 vuelacercas, 108 producidas y un buen average de .311.

Con 414 vuelacercas, 1,242 empujadas y 1,807 imparables, con posibilidades de ser un dominicano más en llegar a los 2,000, Encarnación no cuenta con metas específicas a culminar al final de su carrera, pero si muestra su orgullo de la productividad que ha podido alcanzar durante su estadía.

Baker gran dirigente
Al momento de enumerar al grupo de estrategas para los cuales ha jugado, Edwin posee un capítulo especial para Dusty Baker, el ganador de 840 partidos en su larga trayectoria dirigencial.

“Fue un gran mentor para mí, porque cuando comencé con Cincinnati me brindó la confianza para sentirme como un estelar siendo yo un novato en el club y eso me ayudó en mi desarrollo”, sostuvo Encarnación en su entrevista virtual con Cruz, desde su finca en Higüey. Aunque a Baker lo colocó en su lugar especial, Edwin se sintió bendecido de haber jugado con otros estrategas magníficos como fueron Terry Francona, Cito Gaston, John Farrell, así como Aaron Boone con los Yankees.

Su papá su gran mentor.
Para Edwin, su padre don Elpidio fallecido en diciembre del 2019 registra el capítulo más especial en su vida y su carrera. “Sin dudas fue mi gran mentor, mi guía por los mejores caminos”, señaló del inmortal del deporte de la Romana, en decaptlón, atletismo. Incluso, uno de los más gratos recuerdos fue cuando sus padres lo vieron por primera vez jugar.

PEDRO G. BRICEÑO

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Redacción

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