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Por qué la ciudad de Nueva York podría ser la próxima Italia en crisis coronavirus

Desde el comienzo de la crisis del nuevo coronavirus, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, ha utilizado imágenes de desastres recordados para comunicar a los ciudadanos la magnitud del impacto que se espera: la Gran Depresión fue la más reciente, para referirse a la enorme crisis económica que sufrirá la ciudad. Pero acaso haya sido demasiado mesurado al hablar de una ola —el mismo término que usa el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo— que golpeará al sistema de salud de la ciudad más grande de los Estados Unidos, con más de 8,5 millones de habitantes.

“No es una ola, es un tsunami”, advirtió en Italia, uno de los lugares del mundo más afectados por el Covid-19, el médico Roberto Rona, director de terapia intensiva en el Hospital de Monza, para advertir a sus colegas a punto de comenzar a enfrentar el pico de casos, informó PBS. Y eso es lo que podría suceder en la ciudad que concentra la mitad de la población del estado de Nueva York. Las cifras que dio Cuomo en la mañana del 17 de marzo indicarían que ese pico llegaría en las siguientes seis semanas.

“Tenemos 19,5 millones de personas. Las proyecciones de los expertos muestran este rango siguiendo la actual tasa de diseminación: se espera el pico en 45 días; se espera que por entonces se necesitarán entre 55.000 y 110.000 camas de hospitales”, dijo Cuomo, e hizo una pausa. Porque no las hay.

“Ese, amigos, es el problema del que hemos estado hablando desde el comienzo”, agregó.

En el estado los hospitales tienen una capacidad de 53.000 camas, con 3.000 de terapia intensiva. Es decir que el pico de la epidemia podría superar la capacidad de los hospitales velozmente. La situación es más aguda en las unidades de cuidados críticos: “Se espera que por entonces se necesitarán entre 18.600 y 37.200 camas de terapia intensiva”, agregó el gobernador. Eso equivale a entre seis y 12 veces más que la disponibilidad actual.

En la ciudad de Nueva York se concentran 26.000 de esas camas. Si sólo el 10% de la población se contagiara y sólo el 5% de esos 850.000 infectados necesitara atención en un hospital, eso requeriría 42.500 camas.

“Una cama de terapia intensiva —siguió Cuomo— tiene equipamiento adicional, sobre todo respiradores. Y por eso estamos escuchando en las noticias que es muy difícil conseguir respiradores globalmente”.

Gabe Kelen, director de la Oficina de Preparación para Situaciones Críticas de la Universidad Johns Hopkins dijo a The New York Times: “Lo más aterrador que podríamos enfrentar es el racionamiento o la decisión de un orden de preferencias con respecto a quién accede a un respirador. Realmente espero que nunca tengamos que tomar esta clase de decisiones de vida o muerte”.

Es improbable, sin embargo, que se pueda evitar ese racionamiento o lo que se llama triaje: la evaluación de los pacientes para darles los respiradores sólo a aquellos que tienen mayores posibilidades de sobrevivir, entre otros criterios. Porque eso sucedió en Italia, donde un nuevo protocolo determinó en la región del Piamonte que los pacientes de coronavirus con escasas probabilidades de supervivencia por su edad avanzada o la combinación de otras enfermedades preexistentes podrían no acceder a los cuidados intensivos si se agotan las plazas, para dejar los lugares a aquellos con más chances.

“Estoy nervioso”, dijo al Times Akshay Ganju, un médico de sala de emergencia. “Me estoy blindando para la posibilidad de que en algún punto tenga que mirar a los ojos a la hija de alguien y decirle que no hay un respirador para su padre”.

En otro artículo The New York Times citó un informe oficial de la Fuerza Especial sobre Vida y Derecho del Estado de Nueva York, que en 2015 advirtió que en caso de una crisis como esta podría haber escasez de respiradores. Si bien todas las medidas para evitar la propagación del virus —que son muchos cierres de lugares y cancelaciones de actividades, y Cuomo dijo que habrá más— tiene por fin reducir la demanda de respiradores, al hacer que menos gente los necesite, el documento advertía hace cinco años que “en el peor escenario de una pandemia similar a la gripe, en Nueva York podrían faltar hasta 15.783 respiradores por semana en el punto crítico”.

El problema, que se agrava por la densidad poblacional de Nueva York, es nacional. “Es probable que la escasez de camas de terapia intensiva comience a finales de marzo”, citó HealthLeaders, una publicación para los negocios del área de la salud, un análisis privado de la consultora Array Advisors. “En medio del actual brote de Covid-19 la mayoría de los estados se quedarán sin camas disponibles en terapia intensiva a mediados de abril”.

El primero será el estado de Washington, donde la enfermedad se presentó originalmente en los Estados Unidos: según una evaluación del lunes 16, sucedería el 30 de marzo. Y el segundo sería Nueva York, que tenía en ese momento 930 casos —el 17 llegó a 1.374—, que llegaría al límite de su capacidad el 5 de abril.

Otros cálculos, como el que publicó en Medium el científico de datos Michael Donnelly, proyectan que en la ciudad (no el estado) de Nueva York la saturación podría suceder entre el 25 de marzo y el 1 de abril. En todo caso, la conversación se orienta a cuándo sucederá, no ya a si sucederá o no.

“Mientras tanto, se espera que casi otros 20 estados lleguen al tope de su capacidad de camas de terapia intensiva entre el 13 y el 23 de abril”, siguió el informe de HealthLeaders, entre ellos algunos muy poblados como California (el 21), la Florida e Illinois (ambos el 26); Texas, el cuarto de los primeros cinco en habitantes, resistiría hasta el 7 de mayo.

Allí entra en escena la guía de recomendaciones para triaje (criterios de elección) que desde el informe de 2015 están vigentes en el estado de Nueva York, y que son similares a las de otros. La Fuerza Especial estableció criterios para, ante la escasez de respiradores, priorizar a los niños y a los pacientes con mayores probabilidades de sobrevivir. “La guía incluyó una fórmula de criterios médicos y también previó un sistema de lotería en algunas instancias”, citó el Times.

Al consultar a médicos en la primera línea de atención, el periódico de Nueva York halló que “algunos probablemente serían más reacios a dar respiradores a personas de más de cierta edad”. Otros dijeron que también podrían preguntar por las circunstancias familiares y hasta sociales de las personas: “¿Se lo habilitas al de 40 años con hijos o al de 40 años sin hijos?”, dio como ejemplo del dilema uno de los entrevistados, de manera anónima.

Cuomo anunció que el estado trabaja en “aumentar la capacidad de sobrecarga de los hospitales: lograr que los que hoy tenemos reciban a más personas”. Eso implica cambiar las normas de operación normales, por ejemplo la cantidad de personas que caben en un edificio. Pero también implica aumentar la cantidad de equipamiento (la estimación de Array Advisors calculó que en el país entero habría escasez de elementos básicos hacia la segunda semana de abril) y, sobre todo, de médicos y enfermeros.

“Nos dirigimos al personal retirado y le pedimos que nos contacten en este website, health.ny.gov/assistance, para tener disponibles ex enfermeros y enfermeras, ex médicos y médicas si se los necesita”, detalló Cuomo. “También estamos yendo a las escuelas de medicina y de enfermería para tratar de obtener personal extra”.

Para aliviar los hospitales y reservarlos a los casos más graves, el estado de Nueva York construirá instalaciones médicas temporarias. Con 264 internados de sus 1.374 contagiados identificados hasta el momento, tiene una tasa de hospitalización del 19%, un poco más alta que el promedio, de 15%, dijo Cuomo, que comparó este “momento extraordinario en la historia del país” con los atentados del 11 de septiembre de 2001 por el modo en que revolucionaron la vida de las personas.

El 16 de marzo el presidente Donald Trump dio su segunda conferencia de prensa sobre el coronavirus, en la que comentó que había hablado con los gobernadores estatales y les había dicho: “Si pueden conseguir respiradores sin el proceso del gobierno federal, mejor”. Además de rescindir la burocracia, Trump y otros funcionarios federales comunicaron nuevas recomendaciones de limitación de actividades y auto-cuarentena, movidos por un informe británico que estimó que, sin medidas para reducir el contagio, la cifra de muertos en un país de 330 millones de habitantes, como los Estados Unidos, podría llegar a 2,2 millones.

Cuomo adhirió a esa medida como principal: “Seguimos achatando la curva de casos para reducir esa demanda pico en los hospitales. Ya anunciamos cierres dramáticos y haremos más anuncios igualmente dramáticos. Estoy hablando con los gobernadores de los otros estados”, dijo, sobre su coordinación del área metropolitana de la ciudad de Nueva York, que incluye a Connecticut y Nueva Jersey, que unificaron las normas con él. “Italia llegó al punto de cerrar todos los comercios excepto supermercados y farmacias. No estamos en ese punto todavía, pero tenemos que bajar la tasa de diseminación [del coronavirus]”.

Agencias

Redacción

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