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En cuarentena pero activos

El día Internacio­nal del Jazz ha encontrado a los músicos do­minicanos tra­bajando, a pesar de que la crisis provocada por el Co­vid-19 azote el mundo.

El día de ayer debieron, como se ha estado haciendo desde que hace nueve años la Unesco declarara el 30 de abril al género nacido en Nueva Orleans a principios del siglo XX, varios artistas locales, que fusionan el jazz con ritmos locales.

En esta edición, según ha explicado Fernando Rodrí­guez de Mondesert a este diario, los reconocimientos de este año son para los mú­sicos Otoniel Nicolás, Yas­ser Tejeda, Josean Jacobo, Jacques Martínez Campi­si, Enrique “Kike” del Rosa­rio, y al creador del espacio Talanca Lugar de Amigos, Juan José “Juanchy” Este­pan Rodríguez.

Las entidades que orga­nizan este reconocimiento en el país son El Ministerio de Turismo, Jazz en Domi­nicana (cuyo gestor es Ro­dríguez de Mondesert) y el Dominican Fiesta Hotel & Casino, que cuentan con el aval de la Unesco, Interna­tional Jazz Day y el Herbie Hancock Institute of Jazz, formando parte de las cele­braciones oficiales interna­cionales de esta gran cele­bración.

Pero la ceremonia será en el futuro, por las condi­ciones que ha impuesto la pandemia del coronavirus, un mal que ha afectado a los músicos de jazz locales, ya que muchos viven de las presentaciones y en estos momentos están detenidos. “Ha sido un tiempo difícil para todos: los músicos, el público amante del jazz, y por supuesto, nosotros co­mo productores”, sostuvo Rodríguez de Mondesert, cuyo último evento lo pre­sentó el pasado 13 de mar­zo.

Artistas en sus casas

“El jazz es una música que depende económicamen­te de los conciertos en vi­vo, he tenido que dedicar­me desde casa a producir nuevo material y a ponde­rar sobre los medios digita­les”, comenta Josean Jaco­bo, quien presentó el año pasado su tercer disco “Ci­marron, al frente de agru­pación, Tumbao.

Otro que vive de la músi­ca que presenta en directo y que ha tenido que reinven­tarse en estos días es Yas­ser Tejeda, quien junto a su grupo Palotre presentó tam­bién en 2019 una produc­ción discográfica.

Se trata de “Kijombo”, su segundo álbum en el que si­gue explorando la música folclórica dominicana para fusionarla con el jazz.

Este nuevo orden ha he­cho que Tejeda, quien resi­de en Nueva York, esté aho­ra impartiendo clases de guitarra en línea y prepa­rando talleres de este ins­trumento para tocar bacha­tas y boleros.

Para el guitarrista, com­positor y docente Alfredo Balcácer, este tiempo no ha sido de pausa, sino una oportunidad para buscar nuevas formas en las que expresar su música. “Aho­ra todo es online, desde mis clases privadas hasta mis clases en donde trabajo co­mo docente. Hay mucho tiempo para explorar otras áreas como la producción, composición y arreglo”, co­menta Balcácer, quien está preocupado por este pano­rama, en el que los instru­mentistas como él no tienen fecha de regreso a los esce­narios.

Balcácer continúa dando promoción a su disco “Sus­pended Sea”, en el que tam­bién fusiona ritmos locales como la bachata o el gagá, con el jazz. Una producción de la que recuerda fue rese­ñada en la publicación es­pecializada All About Jazz.

DEFINICIÓN
El género para ellos.

Al definir lo que es el ja­zz para ellos, Yasser Te­jeda y Alfredo Balcácer coinciden en que signí­fica libertad espiritual y creativa, una música en la que la que reina la im­provisación.

Jonatan Piña Duluc la entiende como una gran disciplina.

PACHICO TEJADA

Redacción

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