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Messi en la cola, Mbappé se consolida como el más caro

Tal cual efecto domi­nó, el mayor terremoto fi­nanciero mundial en casi cien años –sólo compara­do con la Gran Depresión de 1929- también está ha­ciendo caer de “los altares muchos santos” del depor­te rey mundial, cuyo valor en el mercado ha bajado con el impacto de un aste­roide.

Y el caso más relum­brante es el del argenti­no Lionel Messi, que pa­sa a ubicarse en el fondo del top ten de las transfe­rencias, ranking en el que el francés Kylian Mbappé queda en el Everest, en un estrepitoso decrecimiento del mercado europeo esti­mado en €9 mil MM.

El histórico goleador mundial que juega para el Barcelona vio descen­der su valía económica en por lo menos 20 por cien­to, según los sondeos rea­lizados a los más influyen­tes agentes.

Según dichos sondeos, Messi ha descendido a 112 millones de euros como va­lor de transferencia en el mercado mundial; en tan­to Mbappé (PSG, Francia) lidera con una puja de 180 MME, con lo que el Mejor Juvenil del Mundial 2018 saca la milla a los restan­tes, a pesar que vale 10 por ciento menos tras la crisis sanito-financiera.

El escarceo, realizado por “Transfermarkt”, ni siquie­ra tiene entre esos mejores diez más caros del mundo al infalible goleador Cristia­no Ronaldo (Juventus, Ita­lia).

El segundo en la lista de los más caros del mundo, el brasileño Neymar Jr. (PSG), ahora sólo vale 128 millo­nes, luego que perdiera 20 por ciento. El inglés nacido en Jamaica, Raheem Ster­ling (Manchester City, In­glaterra), con mismo valor e igual pérdida.

El egipcio Muhammad Salad, del Liverpool inglés, ahora “sólo” vale €120 MM, porque cayó 20 por cien­to su valor internacional.

Otros que por sus edades en la era del Coronavirus pier­den 20 por ciento de valor y quedaron en el mismo ran­go de aquél, son el belga Ke­vin De Bruyne (Manches­ter City), el senegalés Sadio Mané (Liverpool) y Harry Kane (Tottenham Hostpur inglés).

Uno más jóven, como Jadon Sancho, del Borus­sia Dortmund (Alemania), ocupa el puesto número ocho por encima de Messi, con valor 117 millones, tras decrecer 10 por ciento. El restante en la lista es el in­glés Alexander Arnold, del Liverpool (€99 MM).

En efecto, otros jugado­res como Cristiano Ronal­do también dieron un ba­jón de precio, hasta los 60 MME, desde los 75 que cos­taba hace apenas 3-4 sema­nas. Igual suerte han co­rrido los estelares Antoine Griezmann, del Barça (96 millones) y Eden Hazard (Real Madrid), decreció a 80 MME.

Todos los jugadores han bajado a criterio de edad: los nacidos antes de 1992 perdieron el máximo –en algunos casos hasta un 30 por ciento- y los más jóve­nes un mínimo de 10 por­centual, dependiendo su embalaje actual.

La Premier se devalúa “a millón”
Como secuela trágico-lo­gica, la liga más competiti­va del mundo también paga los platos infectados del mayor insecto económico en 90 años. Nada más y me­nos que la estratosférica su­ma de €4,300 millones.

Aquella malaria implica una quiebra literal para el fútbol inglés a futuras trans­ferencias: el negocio de “ca­pa perros” de comprar a precios caros lo que hoy no valen sus fichas, aún cuan­do hayan aumentado su ni­vel de juego y tengan sus variables en la cima.

Otras tres ligas mayo­res, a decir España, Italia y Alemania serían en ese or­den descendiente las menos perjudicadas, ya que se nu­tren a gran escala del mer­cado sudamericano, que salvo Argentina y Brasil, re­sulta en precios accesibles a gigantes y pequeños equi­pos del viejo continente.

Ojo al Cristo: tal como se ha visto, la rebaja meteóri­ca no perjudica tanto a los juveniles, cuya cota valua­ble siempre impondrá sa­crificios a los equipos pre­tensiosos, acostumbrados a pagar el precio de cual­quier perla.

FRANCIA
Caso muy sui géneris

Con la Ligue 1 sucede un hecho muy extraño: mientras sobrevive con la producción para el mercado foráneo, igual cuenta con las dos figu­ras más caras del fútbol mundial.

En rojo
Un gran contraste que, concomitantemente a lo ya mencionado en un artículo pasado, el in­desdeñable perdedor de la plaga financiera mun­dial será el campeonato francés. Perderá el PSG su capital invertido, a la vez que habrá una mer­ma cuantiosa por venta de grandes jugadores fu­turistas.

Lección
Ell pujante negocio de producir para ligas de mayor envergadura, re­sultará en asfixia de su rentabilidad. Amén de que, sumada la desven­taja de que ahora los clu­bes de otras latitudes tendrán mayor cautela a la hora de gastar en pie­zas que no sean ipso fac­to de alto rendimiento.

FAUSTO JIMENEZ

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